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DACA cambió la vida de estos dreamers para bien; ahora Trump podría cambiarla para mal

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Por: Amy Chozick
Washington DC.-

DACA

Cientos de miles de jóvenes indocumentados se benefician de la Acción Diferida (DACA) que impulsó Obama en 2012, un programa que Trump ha prometido eliminar.

Para cientos de miles de jóvenes indocumentados en Estados Unidos, la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, más conocida como DACA, les abrió puertas que jamás pensaron que podían cruzar. A la activista Gaby Pacheco le permitió comprar su primer hogar. El abogado César Vargas pudo arrendar su propio carro. Y al estudiante de secundaria Etsio Flores le dio la oportunidad de conseguir su primer trabajo.

Tras la victoria de Trump, que prometió cancelar las órdenes ejecutivas de Obama durante sus primeros 100 días en la Casa Blanca, muchos ahora temen perder esos beneficios. Algunos de ellos han compartido en Twitter sus historias de éxito con el hashtag #conDACAlogré.

“Sinceramente siempre me veía como un pajarito en una jaula”, cuenta Pacheco, quien en 2010 fue parte del grupo de dreamers que marchó de Miami a Washington para pedir alivio migratorio. “Con la acción ejecutiva sentí como que abrieron esa jaula y me dijeron, ‘Dale, a volar’”.

Producto de una acción ejecutiva del presidente Obama, el programa DACA permite a jóvenes sin papeles—que llegaron al país siendo menores de edad—obtener permisos temporales de trabajo, tener un número de Seguro Social y vivir sin miedo a la deportación.

“Con DACA, conseguí un trabajo, saqué mi licencia de manejar, conseguí trabajo, compré mi casa, compré un carro”, explica. “Pude hacer lo que cualquier persona puede hacer en Estados Unidos y contribuir a la economía. Mi trabajo me da buen sueldo y seguro médico. Pude ir al doctor, que no había ido hace años. Realmente abrió muchas puertas para mí”.

“Perdería esa vida normal a la que nos estábamos acostumbrando”.

Esas mismas puertas son las que hoy teme que se cierren César Vargas, quien este año se convirtió en el primer abogado dreamer de Nueva York.

“Tengo ofertas de trabajo en bufetes de abogados y oficinas de fiscales, y si me quitan DACA esas oportunidades no seguirán en la mesa”.

Pero no se trata únicamente de consecuencias en su vida profesional. Hasta los gestos y acciones más cotidianos se complicarían.

Por ejemplo, Vargas usó documentos que obtuvo gracias a la acción ejecutiva para arrendar su auto: “(Si se elimina DACA) no sé que pasaría con ese auto, que yo uso para llevar a mi mamá de 74 años al doctor o a cuidar a sus nietos”, dice. “Perdería esa vida normal a la que nos estábamos acostumbrando”.

Cansado de esperar por una reforma migratoria del Congreso, el presidente Obama anunció el programa DACA en 2012, con la intención de permitir a más de un millón de jóvenes indocumentados permanecer temporalmente en Estados Unidos.

Entre ellos figuran el venezolano Juan Escalante y sus dos hermanos, quienes se acogieron en Florida a los beneficios de la acción ejecutiva.

“DACA permitió a mis padres vivir sus sueños a través de sus tres hijos”, explicó Escalante, quien trabaja actualmente con la organización America’s Voice. “Podemos mirar las cifras y el impacto económico que tuvo, pero realmente para mí ese fue el efecto más importante”.

Desde 2012, más de 800,000 jóvenes inmigrantes decidieron beneficiarse de DACA, que les permite hacer cosas tan básicas como recibir precios de matrícula como residentes y licencias de conducir en algunos estados.

A Oscar Cornejo, estudiante de la universidad de Dartmouth en New Hampshire, el programa le permitió abrir una cuenta de banco y conseguir su primer trabajo.

“Si se elimina DACA volveré a donde estaba hace cuatro años, cuando no tenía nada, cuando el futuro era incierto y el miedo y la ambigüedad marcaban mi camino”, dijo el joven, quien fundó en su universidad un grupo a favor de una reforma migratoria.