Periodico Las Americas

Reforma migratoria: republicanos odian este momento

  • Imprimir

Washington DC.-
Los políticos republicanos odian tener encima los reflectores de la reforma migratoria. Pero después de que el Senado de Estados Unidos aprobó su propuesta este jueves, las miradas se enfocan en la Cámara de Representantes, donde tienen mayoría. Mirán a su alrededor: no hay escapatoria.

Es obligatorio: para que una moción se convierta en ley, necesita ser aprobada por ambas cámaras, en una sola fórmula enmendada (y finalmente, claro, rubricada por el Presidente con su firma). Pero como si fuesen un niño al que tratan de darle medicina, patalean y repiten “¡no quiero, no quiero, no quiero!”

Es un hecho de la realidad que la Cámara Baja ha estado desde las elecciones de 2010 dominada por intransigentes y estentóreos representantes de la derecha: más de un centenar de nuevos congresistas radicales, de distritos de mayoría blanca en estados republicanos, ocuparon sus escaños. En su mundo interior, no le deben su victoria al partido Republicano, sino a la inversa. Y si quieren ser reelectos en 2014, piensan, calculan, no pueden desviarse del dogma.

Por eso, la primera reacción de los representantes - y la de su desdibujado presidente John Boehner - fue de rechazo a la reforma migratoria. Convulsión, repulsa: esta ley está “dead on arrival”, muerta antes de llegar.

Pero ya no es tan fácil. Los gritos de batalla de la línea dura ya no se oyen: sus representantes Michele Bachmann de Minnesota, Steve King de Iowa y Louie Gohmert de Texas imploraron ayuda de Glenn Beck - ¡de Glenn Beck! - para difundir su punto de vista en un evento en Washington la semana entrante.

No nos escuchan, dijeron. Eso sí, tienen algunas opciones. Pero ninguna es buena. Si ignoran y dejan morir, como muchos de ellos proponen, la propuesta enviada por el Senado, se exponen a una presión constante desde hoy y hasta las elecciones presidenciales de 2016.

Como dice Kevin Drum en Mother Jones, “matar la propuesta de ley probablemente sería bueno para los demócratas a corto plazo”.