1. Skip to Menu
  2. Skip to Content
  3. Skip to Footer
Jueves, 28 de Marzo del 2024
| 5:02 am

Síguenos en Las Americas Newspaper Facebook Las Americas Newspaper Twitter Las Americas Newspaper Google Plus

Gobernando con el enemigo Ecuador, último episodio de “traición” en América Latina

Quito.-

Ecuador

El último episodio sacudió a Ecuador. La ruptura de facto del presidente Lenín Moreno con su vicepresidente Jorge Glas, sospechoso de corrupción, revivió lo ocurrido en los últimos tiempos en Brasil, Colombia y Paraguay.

Antes de que se pusieran de moda en la plataforma Netflix, las peleas y traiciones entre aliados políticos marcaban la “realpolitik” en América Latina. ¿Por qué el ejercicio del poder convierte a aliados en enemigos? Salvando diferencias entre países, los analistas creen que las alianzas oportunistas, la corrupción y los liderazgos caudillistas explican este fenómeno que afecta por igual a derecha e izquierda, y que supera ficciones como “House of cards” o “Games of thrones”.

La ex presidenta izquierdista de Brasil Dilma Rousseff y el actual mandatario, el conservador Michel Temer, protagonizaron hace casi 15 meses una trama digna de culebrón político. Desgastada por la Operación Lava Jato, que puso al descubierto el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), fue destituida por el Congreso, acusada de manipulación de cuentas públicas. La ex presidenta acusó de lo que calificó de golpe a su hasta entonces vicepresidente Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro-derecha), quien asumió la presidencia de manera interina hasta 2018.

Según Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, el binomio Rousseff-Temer es el ejemplo de “alianza oportunista para ganar elecciones”, entre dos líderes con pocas afinidades.

“Cuando vienen las crisis estos arreglos demuestran sus falencias, porque cada partido de la coalición va a proteger su propio interés político y los vicepresidentes van a aprovechar todas las oportunidades para hacerse con el poder”.

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe y el actual mandatario Juan Manuel Santos mantienen desde hace años una pelea abierta. En 2010, al término de su mandato, Uribe promovió la llegada de su ex ministro de Defensa a la presidencia, convencido de que una vez en el poder proseguiría con su lucha a muerte contra las guerrillas. Las primeras diferencias no tardaron en llegar, cuando días después de asumir la presidencia Santos anunció que restablecería las relaciones con la Venezuela de Hugo Chávez, el gran enemigo de Uribe. Pero la ruptura total se consumó cuando Santos entabló los diálogos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En Ecuador, Moreno despojó de las funciones que le había asignado a Glas, aunque la Constitución le impide destituirlo. Una sorpresiva disputa que desgarra al oficialismo, en el poder desde 2007, entre los partidarios del actual mandatario y los del ex presidente Rafael Correa. Y tiene como trasfondo las acusaciones de corrupción que pesan sobre el vicepresidente, aunque la justicia no lo ha sentenciado en ningún caso.