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Jueves, 18 de Abril del 2024
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Razones por las que la crisis en la Casa Blanca es un asunto grave que se ha murmurado en privado en Washington

Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-

Trump

La más reciente crisis del presidente de Estados Unidos, Donald Trump —sobre el reporte de que supuestamente reveló información clasificada a Rusia— le está dando voz a una pregunta que se ha murmurado en privado en Washington durante varias semanas de agitación política: ¿Está el presidente a la altura del trabajo?

“No se trata realmente sobre el poder del presidente. Él tiene el poder de hacer esto”, dijo el exdirector de la CIA, Michael Hayden. “Se trata más bien sobre el presidente y su actuación”. La nueva tormenta que envuelve a una ya acosada Casa Blanca es tan potencialmente dañina porque va más allá de la simple posición personal y la reputación del presidente.

El revuelo, que fue reportado primero por The Washington Post, tiene implicaciones de seguridad nacional, de inteligencia e incluso internacionales, que la Casa Blanca no logró abordar en su intento por derribar esta historia. Incluso es posible que haya vidas en riesgo, considerando que la información que Trump habría compartido está relacionada con una trama de ISIS contra la aviación civil, que actualmente es la amenaza terrorista más urgente de Estados Unidos.

Una vez más, la credibilidad de la operación política de la Casa Blanca y los esfuerzos de su operación de comunicaciones para mantenerse al día con el liderazgo de un presidente inexperto, están en juego.

“Estamos viendo los resultados de que él sea un poco indisciplinado, impulsivo, instintivo e intuitivo, [de tener] poca paciencia para la preparación y poca paciencia para el proceso”, dijo Hayden. “Cuando se sale del libreto como esto es, en últimas, destructivo con sus propósitos”.

Hay pocos activos tan importantes para un presidente como la reputación de la competencia para ejercer el cargo. Una vez que la confianza del público en la capacidad del presidente de hacer su trabajo se desvanece, su deceso político puede ser brutalmente rápido. Los presidentes George W. Bush y Jimmy Carter pueden dar fe de esto. Por esto es que esta historia puede terminar siendo tan dañina para Trump.

El escándalo anterior que azotó a la Casa Blanca, sobre los incendiarios tuits del presidente y una letanía de falsedades sobre el tamaño de la multitud en la toma de posesión, pueden ser atribuidos al estilo idiosincrásico del presidente Trump. Pero los críticos ven la despedida del director del FBI, James Comey, como evidencia de instintos autocráticos más preocupantes.

El reporte de que Trump compartió información secreta sobre un complot terrorista de ISIS con funcionarios rusos en la Oficina Oval, el pasado miércoles —la mañana después de que Comey fuera despedido—, genera una pregunta más interesante sobre si al presidente se le pueden confiar responsabilidades más serias propias de su trabajo y si él entiende las implicaciones de discutir los secretos más íntimos de Estados Unidos con su adversario.

Mientras esas preguntas pasaban por Washington en la noche del lunes, la Casa Blanca era un búnker mental.

E incluso los aliados que han apoyado, hasta ahora, al Gobierno están dudando ahora sobre su credibilidad.

Alan Dershowitz, profesor emérito de la Universidad de Harvard, dijo que Trump está a salvo de enfrentarse a investigaciones criminales o a un juicio político porque el presidente tiene el poder de desclasificar informes de inteligencia. Sin embargo, hizo una impresionante evaluación de la gravedad de la situación.

“Este es el cargo más serio que se ha hecho en contra de un presidente de Estados Unidos. No lo subestimemos”, le dijo Dershowitz a Erin Burnett de CNN.