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Trama rusa hunde a Trump legisladores analizan iniciar juicio político

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Por: Paula T. Castellano
Washington DC.-

Legisladores

Los vínculos de Trump con Rusia tienen al Presidente sumido en un profundo escándalo. El Departamento de Justicia nombró a un fiscal especial para que indague el tema.

Los crecientes escándalos en la Casa Blanca han llevado a varios legisladores estadounidenses a hablar abiertamente sobre la posibilidad de realizar un juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El congresista demócrata de Texas Al Green afirmó que Trump debería ser destituido por obstruir la investigación del FBI acerca de la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016. Los congresistas Maxine Waters, de California, Tulsi Gabbard, de Hawái, Keith Ellison, de Minnesota, y otros demócratas que integran la Cámara de Representantes también plantearon la posibilidad del juicio político, tal como lo ha hecho el senador independiente Angus King, quien habló el jueves por la noche con el periodista de CNNWolf Blitzer.

Wolf Blitzer: “Si estas acusaciones son verdaderas, ¿nos estamos acercando a la posibilidad de otro proceso de juicio político?”

Senador Angus King: “Aunque no lo quiera, Wolf, debo decir que sí, simplemente porque la obstrucción a la justicia es un delito muy grave”.

El mal humor, el caos, las contradicciones y la confusión se han apoderado de la Casa Blanca desde la semana pasada, luego que se acrecentara la crisis debido a la “trama rusa”: los supuestos vínculos entre el equipo de campaña de Donald Trump con Moscú para perjudicar a Hillary Clinton. La situación llega a tal extremo que -según el diario The New York Times- el mandatario ha tildado de “incompetentes” a muchos de sus colaboradores, incluyendo a su yerno Jared Kushner. A eso se suman las voces que hablan de presunta obstrucción a la justicia o de un impeachment y que suenan cada vez más fuertes.

“¡Miren la forma en que he sido tratado, especialmente por la prensa. Ningún político en la historia, y lo digo con gran seguridad, ha sido tratado peor o más injustamente!”, dijo Trump a una promoción de nuevos cadetes de la Guardia Costera, haciendo referencia a su crisis.

Si durante los cuatros meses que lleva en el gobierno la tormenta por la trama rusa se encontraba contenida, ésta explotó el martes 9 de mayo, cuando Trump despidió al entonces director del FBI, James Comey, argumentando un mal manejo en el caso por los correos electrónicos de Hillary Clinton. Sin embargo, Comey también investigaba los supuestos lazos rusos en la campaña de Trump, por lo que su desvinculación despertó altas suspicacias ante una posible obstrucción a la justicia. Fue el mismo Trump quien aseguró, en una posterior entrevista, que el despido “tenía en gran parte que ver” con el tema de Moscú.

Incluso, el errático manejo de esta crisis llevó a que Trump amenazara a Comey por Twitter: “Más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar a la prensa”.

Se daba inicio así al Comeygate o al “Watergate” de Trump. Pero el escándalo estaba lejos de terminar. The Washington Post reveló que durante la reunión del miércoles 10 entre Trump y el canciller ruso Sergei Lavrov, el Presidente republicano reveló a los rusos información confidencial sobre un plan terrorista del Estado Islámico. Esta información supuestamente provenía de un agente israelí infiltrado en el grupo yihadista. Esta revelación cayó como un balde de agua fría, no sólo en el gobierno, sino que también en la comunidad de inteligencia, porque violaba un principio básico del espionaje: nunca delatar a una fuente.