Periodico Las Americas

Discurso plagado de incoherencias políticas

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Washington DC.-

Es muy difícil apostarse al frente de la televisión y atender el mensaje de uno de los presidentes más pedantes y ofensivos de la historia del país. El discurso de Trump fue calibrado cuidadosamente para dejar de ofender a una población cansada de sus incoherencias. No fue suficiente tanta palabrería. Se notó el maquillaje de más de un centímetro de grosor que sus escritores pusieron a cada una de sus palabras para no exasperar el sentimiento de los demócratas y los millones de detractores que no están de acuerdo con su radicalismo

Para empezar, el discurso de ayer estuvo marcado por simbolismos que uno no puede hacer a un lado a la hora del análisis político. En frente del pódium, las cámaras de televisión mostraron la figura voluminosa de Trump. Por detrás, a su mano derecha, se divisó la imagen del vicepresidente Mike Pence. Y a su flanco izquierdo, Paul Ryan, jefe máximo de la Cámara de Representantes, hizo notar su acostumbrada mueca sarcástica.

Qué diferencia tan marcada con lo que ocurrió hace ocho años. En el primer discurso de Barack Obama en frente del Congreso, todos fuimos testigos de un maravilloso cambio social en la vida política del país. Fue una imagen del cambio, especialmente de la diversidad étnica que goza la población estadounidense. En frente estaba la figura de un presidente afroamericano (Barack Obama), por detrás un vicepresidente anglosajón (Joe Biden) y una mujer jefe de la Cámara de Representantes (Nacy Pelosi).

En un poco más de una hora de discurso, Trump trató, en lo posible, apaciguar los 40 días de políticas extremistas de su administración. La primera parte estuvo enmarcado dentro de un contexto económico que hizo énfasis su experiencia como negociante. A pesar de que no tuvo nada que ver con los resultados positivos de la Bolsa de Valores de New York, Trump, como es natural de su personalidad mitómana, se adjudicó todos los méritos del caso. Asimismo, dijo estar trabajando en función de la unión de toda la población estadounidense. En este sentido, según él, sus mandatos presidenciales están conjuntados para darle seguridad al país, ofrecer garantías a las transacciones económicas y evitar otros atentados terroristas.

Nunca, en ningún instante, reconoció que sus políticas contra el terrorismo son altamente ofensivas e inconstitucionales. La Corte Federal de Apelaciones así lo determinórecientemente. Nuevamente, sin importarle las repercusiones sociales al interior de las familias latinas, Trump justificó sus políticas de deportación y la construcción de una muralla a lo largo de la frontera con México. Así, Trump trató de ser hábil con la palabra, pero nuevamente mostró su esencia radical.