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Gratuidad en las universidades

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Por: Humberto Caspa, Ph.D., Profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Estudiantes

La idea del presidente Barack Obama con relación a la gratuidad de los colegios comunitarios es una política educativa que merece elogios. Empero, no se justifica que el fisco gaste millones de dólares en una parte de la población estudiantil, cuyos familiares (padres y madres) no simplemente generan más 100 mil dólares anuales, sino que alcanzan un ingreso de un millón de dólares o más.

La gratuidad debería tener sus delimitaciones. Primero, ser limitada por el nivel económico del estudiante. Dos, no hacer énfasis en el historial étnico o nacional de la persona. Tres, los méritos del estudiante siempre deberían considerarse. Finalmente, no solo debería circunscribirse a los colegios comunitarios sino también debería extenderse a las universidades, incluyendo a aquellas que otorgan títulos de maestrías y doctorados.

El plan del presidente Obama pretende que el gobierno federal se responsabilice de 75% del costo de colegiatura de los estudiantes de los colegios comunitarios; es decir, el fisco estaría pagando una suma aproximada de 2,500 dólares por estudiante y los estados se responsabilizarían por el resto. Se estima que el proyecto del Presidente costaría $60,000 millones en 10 años. Sin embargo, tal proyecto no contempla que el total actual de la población de estudiantes (9 millones) crecería rápidamente por el condicionante de la gratuidad y el dinero que propone Obama no alcanzaría a solventar a otros miles de estudiantes que se unirían a los millones ya existentes. En tal sentido, el proyecto del gobierno de Obama sería beneficioso a corto plazo, pero a largo plazo crearía problemas serios a la economía del país, en particular a los estados.

Entonces, por qué no hacer utilidad de ese dinero que el Presidente nos ofrece en un sistema universitario que verdaderamente ayudara a los más necesitados. El subsidio debería ser escalonado. Por decir, los estudiantes cuyas familias tienen un ingreso anual o igual a $30,000 deberían tener el beneficio de la gratuidad; entre $30,000 y $40,000 un subsidio de 50% de la colegiatura; de $40,000 a $50,000, 25% de subsidio, de $50,000 a $60,000 10% de subsidio; más allá de $60,000 no subsidio. A los mejores estudiantes deberían otorgarles una beca completa, sin depender de los condicionantes étnicos y/o nacionales.

Los datos anteriores no tienen ningún respaldo investigativo ni científico, simplemente sirven para ilustrar un tipo de proyecto educativo que se contrapone al presentado por el Presidente. Obviamente, el criterio económico y porcentual debería ser mejor evaluado; siempre tomando en cuenta el condicionante económico de los ingresos de los familiares del estudiante. Fui estudiante de un colegio comunitario, como también impartí clases en uno de ellos. Nunca recibí un subsidio del gobierno mientras tomaba clases. Un trabajo de tiempo parcial y un pequeño ahorro que tenía fueron suficientes para sobrellevar dos años de estudio. Las colegiaturas y los gastos no son muy costosos.

Sin embargo, una vez que hice la transferencia a una universidad de cuatro años, las exigencias académicas apenas me permitieron un trabajo de pocas horas. Ese pequeño dinero no fue suficiente para solventar cuantiosos gastos que incluyeron colegiatura, vivienda, comida, libros, etc. Obtuve becas, grants y préstamos para sobrevivir. Así, la gratuidad es importante en los colegios comunitarios, pero tiene más sentido en las universidades. El estudiante debe recibir ayuda económica de acuerdo a los ingresos de sus familiares.