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Jueves, 28 de Marzo del 2024
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¿El aceite de coco, lleno de grasas saturadas, Puede ser bueno para la salud?

Aceite de coca

Las ventas de aceite de coco en algunas partes están por los aires, impulsadas por recomendaciones de famosos y afirmaciones de que si lo bebes lo cura todo, desde el mal aliento hasta los trastornos digestivos.

Se dice que la actriz Angelina Jolie se toma una cucharada con el desayuno casi todas las mañanas, mientras que la modelo Miranda Kerr dice que no solo lo añade a ensaladas y batidos sino que también lo usa para cocinar y se lo pone en la piel. Pero todas estas afirmaciones en torno a los beneficios para la salud del aceite de coco son recibidas con mucho escepticismo por la comunidad científica, que lo considera una grasa no saludable. De hecho, tiene un contenido en grasas saturadas muy elevado (86%), más que la mantequilla (51%) o la manteca (39%).

Los motivos por los que los alimentos ricos en grasas saturadas se consideran no saludables es porque ingerirlos causa un aumento de los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL, por su sigla en inglés), en la sangre, lo que popularmente se conoce como el “colesterol malo”, asociado al bloqueo de las arterias y a un mayor riesgo de enfermedades del corazón. Pero por otro lado, las grasas saturadas también tienden a aumentar el “colesterol bueno”, causado por la presencia de la lipoproteína de alta densidad (HDL, por su sigla en inglés), que tiene un efecto contrario: evitan el bloqueo de las arterias porque ayudan a eliminar el colesterol malo, transportándolo al hígado para su excreción. Técnicamente es posible que un alimento particular pueda aumentar los niveles generales de colesterol y no perjudique al corazón.

¿Será el aceite de coco un superalimento contra el colesterol, como algunos dicen, o solo una peligrosa moda pasajera? Sorprendentemente hasta ahora casi no se han hecho estudios en humanos que hayan puesto científicamente a prueba las presuntas bondades del aceite de coco. Reunimos a 94 voluntarios de entre 50 y 75 años, libres de diabetes y cardiopatías, y diseñamos un estudio para valorar qué efectos tiene sobre los niveles de colesterol consumir diferentes tipos de grasa.

Los participantes fueron aleatoriamente asignados a tres grupos. Cada día durante cuatro semanas el primero debía consumir 50 gramos de aceite de coco extra virgen, el equivalente a tres cucharas soperas llenas. El segundo grupo haría lo mismo con la misma cantidad de aceite de oliva extra virgen, un elemento clave en la dieta mediterránea, considerada muy saludable. Y el tercero debía consumir diariamente 50 gramos de mantequilla sin sal.

Los voluntarios podían consumir estas grasas de cualquier manera, siempre y cuando lo hicieran a diario durante cuatro semanas. Les avisamos que estarían ingiriendo unas 450 calorías extra al día, lo cual podría causarles un aumento de peso.

Antes del inicio de esta dieta rica en grasas tomamos muestras de sangre para establecer sus indicadores de salud base, centrándonos en los niveles del colesterol bueno y el malo. La razón por la que ambos valores son importantes es que para calcular mejor el riesgo de un ataque al corazón no solo se considera el nivel total de colesterol, sino que se divide este por el HDL, el colesterol bueno.

La sorpresa del aceite de coco

Como era de esperar, quienes consumieron mantequilla tuvieron un aumento medio de su colesterol malo de un 10%, parecido al incremento medio del 5% del bueno. Quienes consumieron aceite de oliva vieron una pequeña reducción, aunque no muy significativa, en el nivel de colesterol malo y un aumento del 5% del bueno. Así que esta grasa también cumplió con las expectativas de su reputación, como un alimento bueno para el corazón. Pero la gran sorpresa llegó con los resultados del aceite de coco.