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Las parejas con un nivel alto de colesterol son las que más se demoraron en lograr el embarazo

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colesterol

El colesterol es una sustancia parecida a la cera o la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo.

Los niveles altos de colesterol pueden perjudicar la fertilidad en las parejas que intentan lograr un embarazo, según indica un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud, la Universidad de Búfalo (Nueva York), y la Universidad de Emory, en Atlanta. Las parejas en las que ambos tienen un nivel alto de colesterol son las que más se demoraron en lograr el embarazo. Es más, las parejas en que la mujer tenía un nivel alto de colesterol y el hombre no, también tomaron más tiempo para lograr el embarazo en comparación con las parejas en las que ambos tenían niveles de colesterol en un rango aceptable.

“Hemos sabido por mucho tiempo que los niveles altos de colesterol aumentan el riesgo de las enfermedades cardiacas,” dijo el autor del estudio, Enrique Schisterman, PhD, Jefe de la División de Epidemiología del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por sus siglas en inglés), el instituto que dirigió el estudio.

“Además de proteger su salud, nuestros resultados sugieren que las parejas que desean lograr un embarazo podrían mejorar sus posibilidades si primero se aseguran de que sus niveles de colesterol se encuentran en un rango aceptable”. Los hallazgos del estudio fueron publicados en línea en la revista profesional de endocrinología y metabolismo llamada The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism—JCEM.

Se utiliza para hacer una serie de sustancias, incluyendo hormonas y la vitamina D. Por lo general, los niveles altos de colesterol no causan señales ni síntomas, pero aumentan la posibilidad de padecer enfermedades del corazón.

Para este análisis, los investigadores estudiaron a parejas que no estaban recibiendo tratamiento por infertilidad, pero que estaban tratando de concebir un hijo. Desde el 2005 al 2009, los investigadores reclutaron a 501 parejas de cuatro condados en Michigan y 12 condados en Texas. Las parejas eran parte del Estudio de Investigación Longitudinal de la Fertilidad y el Medio Ambiente (LIFE, por sus siglas en inglés), creado para examinar la relación entre la fertilidad y la exposición a sustancias químicas ambientales y el estilo de vida. Las mujeres que participaron en el estudio tenían entre 18 y 44 años de edad, y los hombres eran mayores de 18 años.

Se realizó un seguimiento a las parejas hasta que lograran el embarazo o durante un máximo de un año de intentarlo. Los voluntarios del estudio proporcionaron muestras de sangre, en las cuales se midió el colesterol libre. La prueba de medición de colesterol libre es diferente a la prueba de colesterol realizada en los consultorios médicos. Las pruebas de colesterol administradas por los médicos miden los subtipos de colesterol: el HDL, el LDL y los triglicéridos.

Para el estudio, el Dr. Schisterman y sus colegas se basaron en un examen para medir la cantidad total de colesterol en la sangre, pero no distinguieron entre los subtipos de colesterol. Los investigadores tenían la teoría de que el colesterol en la sangre podría estar relacionado con la fertilidad, ya que el cuerpo lo utiliza para producir hormonas sexuales como la testosterona y los estrógenos.