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Viernes, 29 de Marzo del 2024
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Familias invierten 1.5 mil millones de horas al año en niños con necesidades

Niños discapacitados

Las familias de Estados Unidos invierten 1.5 mil millones de horas al año proveyendo atención de la salud en casa a sus niños crónicamente enfermos o discapacitados, muestra un estudio reciente.

Las horas de atención de la salud que esos padres y otros familiares ofrecen costarían 36 mil millones de dólares si las realizaran trabajadores de la salud a domicilio que recibieran la tarifa estándar, o 12 mil millones de dólares si se contrataran trabajadores no cualificados que recibieran el salario mínimo, señaló el investigador principal, el Dr. Mark Schuster.

Hoy en día, se pide a los padres de los niños crónicamente enfermos que provean “el tipo de atención que, si no existiera, tendría que ofrecer el sistema de atención de la salud a domicilio o mantener a los niños en el hospital durante más tiempo”, dijo Schuster, jefe de pediatría general del Hospital Pediátrico de Boston. Schuster también es profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.

Esas tareas de atención de la salud, que conllevan mucho tiempo y que a veces son técnicas, pueden incluir el mantenimiento de los ventiladores y la realización de la fisioterapia, controlar los medicamentos y cambiar las vendas, señaló Schuster.

“Se está pidiendo a los padres que hagan cosas bastante sofisticadas cuando sus hijos vuelven a casa”, dijo Schuster.

Todo ese tiempo que pasan atendiendo a sus hijos enfermos suma 17.6 mil millones de dólares en ingresos perdidos para esas familias, equivalente a unos 3,200 dólares por niño cada año, según los autores del estudio. Una de cada cinco familias de EE. UU. tiene un niño con necesidades de atención de la salud especiales, según la Administración de Recursos y Servicios de Salud de EE. UU.

Schuster y sus colaboradores analizaron datos de una encuesta llevada a cabo de forma regular por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. para evaluar el impacto de las necesidades especiales de atención de la salud entre los niños estadounidenses. La encuesta usada en este estudio, de 2009- 2010, incluyó a más de 40,000 padres de niños crónicamente enfermos o discapacitados.