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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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Qué puede hacer la tecnología para mejorar el campo

Agricultura

Algunas innovaciones buscan optimizar los cultivos para el uso más eficiente del regadío, la toma de decisiones en tiempo real o anticiparse ante los cambios climáticos.

La tecnología tiene múltiples vertientes. El mundo de la agricultura, uno de los sectores más tradicionales de las sociedades, también ha percibido cómo los avances tecnológicos pueden aportar importantes beneficiosos. Y no solo a nivel económico. El empleo de técnicas basadas en el análisis de datos, el uso de drones y el comienzo de la era de la sensorización no ha hecho más que comenzar. Y todo ello puede contribuir a que el campo se modernice.

La innovación y la sostenibilidad serán un punto clave para lograr alimentar a los 9.700 millones de personas que se estima habitarán la Tierra en 2050. Muchos agricultores privados llevan tiempo rascando en las posibilidades de tecnologías ya presentes en el mundo del consumo para fines particulares. Bajo algunos preceptos básicos como la sostenibilidad y el aprovechamiento de los recursos disponibles, el campo ha empezado a integrar sistemas de precisión y mejora de los productos.

La idea de «AgroTech» empieza a dar sus frutos. Son muchas las empresas que han bebido las nuevas tecnologías para ofrecer algunos servicios y productos que tienen como objetivo final una mayor optimización de los recursos en los cultivos. Es el caso de Bioibérica, firma española con sede en Barcelona, que se ha convertido en todo un referente internacional en la llamada «teledetección». Su proyecto es interesante y se centra en el buen aprovechamiento a vista de águila. Mediante una avioneta se recoge información exhaustiva de las parcelas y se plasma, a posteriori, en unos mapas que, en manos del agricultor de turno, permiten disponer de datos relevantes para controlar los cultivos. Para llevar a cabo esta iniciativa la compañía colabora con el CESIC de Córdoba. Se trata del concepto que han bautizado como agricultura de precisión.

«Hemos observado que el sector agrícola se ha vuelto más tecnológico, pero a veces no ha pasado por el ordenador. En ocasiones el agricultor ha pasado directamente de su cuaderno a la tableta. Toda esa información de los mapas tiene que poder llevar en algo que se pueda usar en el campo», explica a este diario Ricard Brossa, product manager de la división de fisiología vegetal de BioIbérica.

En su opinión, mediante el empleo de este tipo de diagnósticos realizados gracias a una cámara multiexpectral se puede conocer desde la temperatura del cultivo, su vigor, el índice de clorofila o la eficiencia de la luz. Una serie de factores que, bien procesados, un agricultor dispone de una serie de información adicional capaz de mejorar y optimizar su trabajo.