1. Skip to Menu
  2. Skip to Content
  3. Skip to Footer
Jueves, 21 de Noviembre del 2024
| 10:33 pm

Síguenos en Las Americas Newspaper Facebook Las Americas Newspaper Twitter Las Americas Newspaper Google Plus

Hombre construye una mega computadora que ocupa la sala de su casa que juega a Tetris

Tetris

Mide 10 metros de ancho por dos de alto. Pesa media tonelada. Costó US$53.000. Y sólo lo ha usado para jugar Tetris.

Tal es la descripción del “hijo tecnológico” de James Newman, un ingeniero electrónico que reside en Cambridge, en el centro de Inglaterra: un “Megaprocesador” casero, que ocupa una habitación entera y que le ha consumido buena parte de sus últimos años de vida. Newman comenzó a trabajar en la máquina en 2012. Contiene 40.000 transistores, 10.000 luces LED y consume unos 400 vatios de electricidad. Pese a lo aparatoso que es, hace el mismo trabajo que un microprocesador.

“Estos (microprocesadores) están hechos de muchos transistores, pero muy pequeños”, explica Newman en un video en el que muestra su invención y compara la enormidad del aparato con procesador más corriente, que se saca del bolsillo. “Hice un Megaprocesador con transistores más grandes, para que puedas ver qué es lo que pasa por dentro”, dice.

También cuenta que lo arregló en paneles, de modo que se puedan apreciar las diferentes funciones que efectúa y cómo están interconectadas. De hecho, la razón por la que se embarcó en el proyecto fue para visualizar cómo opera un microprocesador. Los componentes se iluminan cada vez que lleva a cabo una tarea.

“Puede que la máquina (computadora) que tienes en tu escritorio sea un millón de veces mejor a la que yo construí, pero la mía es mucho más bonita”.

“Si te preguntas qué puedes hacer con un procesador como éste, la respuesta es jugar, a Tetris”, explica en el video.

A continuación, sentado frente a un enorme panel más alto que él que funge de pantalla, demuestra el juego. Que encuentra difícil de controlar, mientras intenta hablar al mismo tiempo.

Newman espera que el Megaprocesador sea utilizado como una herramienta educativa. Su plan es organizar visitas en su casa en el verano para mostrarlo.

“Dudo que logre venderlo”, dice. “Mi sueño es que vaya a un museo o a una institución educativa, para que la gente pueda aprender de él”.