Phelps 21 Oros en Olímpicos
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- Categoría: Deportes
- Publicado el Lunes, 15 Agosto 2016 7:08pm
La leyenda de Michael Phelps no tiene fin y este martes logró conquistar su vigésimo primera medalla de Oro en Juegos Olímpicos. Primero, el ‘Tiburón de Baltimore’ se colgó su medalla áurea número 20 tras mostrar su poderío en la prueba de los 200 metros estilo mariposa al cronometrar 1:53.36, cuatro centísimas menos que el japonés Masato Sakai, quien se quedó con la plata. El Bronce se lo quedó el húngaro Tamas Kenderesi.
Y una hora más tarde, volvió a la alberca para competir con el equipo estadounidense en los 4x200 metros estilo libre, prueba en la que él y sus compañeros aplastaron al resto de los nadadores, sacándoles casi tres segundos de diferencia al cronometrar 7:00.66 minutos. La Gran Bretaña se quedó con la Plata, mientras que Japón se llevó el Bronce.
“Ha sido increíble representar de esta forma a mi país, una de las mejores cosas que me han pasado”, dijo al dejar la pista, antes de concluyera la ceremonia para trasladarse a descansar a la Villa Olímpica.
Ese Phelps no era el que, hace menos de dos años, esperaba, ebrio, a que lo sacaran de una comisaría, en Baltimore. Ha dicho el nadador que fue en aquel lugar, mientras los efectos del alcohol desaparecían, cuando se convenció de que su vida debía dar un giro. El agua era lo único que podía salvarlo de la autodestrucción y devolverle el equilibrio, de la misma forma que lo había hecho en su niñez, cuando la natación fue el remedio para combatir su hiperactividad. La determinación para cumplir la promesa que se hizo a sí mismo es lo que le ha llevado a sus quintos Juegos, hasta Río, donde el estadounidense ha obtenido el perdón y ahora quiere nadar y volver a ganar por honor y por placer.
“Me han preguntado varias veces cuándo me di cuenta de la magnitud de mi hazaña, en Múnich. La respuesta es cuando Phelps consiguió superarla, en Pekín”, añade.
La superivivencia en este deporte exige una disciplina estajanovista, como la que tenía la propia Evans o ahora ejerce Katie Ledecky, la gran estrella norteamericana, con permiso de Phelps, por supuesto. El éxito del estadounidense es algo que desea hasta el presidente de la FINA, el uruguayo César Maglione, que se ha pronunciado a su favor sin pudor. La natación, en Río, no tiene otro relato semejante.