Detienen en Berlín al ladrón de los diarios de John Lennon, que Yoko Ono no quiere ver publicados
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- Categoría: Espectáculos
- Publicado el Sábado, 25 Noviembre 2017 3:12pm
Hay un segundo sospechoso que ha huido a Turquía y que podría estar relacionado con el chófer de origen turco Koral Karsan, a quien Yoko Hono despidió después de un intento de chantaje. Hasta que termine la investigación, todavía abierta, los diarios permanecerán bajo custodia de la Fiscalía de Berlín, cumpliendo el último capítulo de una ajetreada historia.
Veinticuatro horas después de que John Lennon fuera asesinado, el 8 de diciembre de 1980, su asistente personal Fred Seaman llamó al timbre del apartamento de Robert Rosen para encargarle una tarea. El verano anterior, durante una larga estancia en la Bermudas, John le había encomendado que, si algo se sucedía, debía asegurarse de que se escribía su verdadera historia, la de sus últimos años, bastante diferente que la que proyectaban los medios de comunicación y su propia esposa, Yoko.
Rosen ya había acudido en varias ocasiones allí donde se encontrasen los Lennon y había escuchado a John durante horas, tomando nota de todo lo que él contaba, pero además le había puesto deberes. Le había encargado escribir reflexiones y anotaciones sobre los hechos cotidianos y John fue, anárquicamente, rellenando cuartillas con su difícil caligrafía, con dibujos y con símbolos cuyo significado nunca fue completamente resuelto. Quizá eran solo garabatos.
Esa tarde, Seaman llevaba con él parte aquel conjunto de papeles, el resto le sería entregado el año siguiente, que darían lugar a una famosa y polémica biografía. Pero antes de que el libro fuese a imprenta, durante unas vacaciones que Rosen tomó tras meses descifrando los documentos, los papeles fueron robados de su apartamento. Rosen siempre sospechó de Seaman, porque tenía llave del piso, y pensó que había sido utilizado para poner orden en un caótico diario y para extraer y clasificar las informaciones que contenía, que más tarde se encargaría de administrar Yoko Ono. Pero los robos continuaron.
La viuda denunció en 2006 la sustracción de su mansión en Nueva York de los diarios, que no volvieron a aparecer hasta 2014, cuando un anónimo vendedor trató de colocarlos entre coleccionistas alemanes. Desde entonces permanecen confiscados como pruebas y bajo custodia de las autoridades alemanas y ahí seguirán, al menos hasta que sea detenido el segundo sospechoso.