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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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Navidades en octubre para los antiinmigrantes

Por: Maribel Hastings
Washington DC.-

Estoy en Puerto Rico sumida en la tragedia generada por el huracán “María”, tratando de mantenerme al tanto de lo que ocurre en materia migratoria. Este domingo leí que las cosas y la gente no cambian. Tras asegurarle a los líderes demócratas del Congreso que apoyaría esfuerzos para proteger a los Dreamers, la Casa Blanca envió una lista de medidas migratorias mayormente policiales, y algunas de ellas crueles, que deberían considerarse en cualquier plan que aborde el tema de los Dreamers.

La pregunta obligada es qué pretende Trump con esto. ¿Dar paso a una negociación mientras le envía un mensaje a su base de que la mano dura en inmigración sigue presente, aunque al final muchas de las medidas no se consigan? ¿O se trata simplemente de otra “Trumpada”, de decir una cosa y al final hacer otra? ¿Sabotear las negociaciaciones antes de que comiencen?

Recordemos que al revocar DACA, Trump concedió al Congreso seis meses para buscar una solución a la situación migratoria de los Dreamers. Luego cenó en la Casa Blanca con los líderes demócratas Chuck Schumer y Nancy Pelosi, del Senado y la Cámara Baja, respectivamente, e hizo noticia por discutir acuerdos preliminares en torno a los Dreamers.

No obstante, la lista de regalos que la Casa Blanca develó el domingo comprende algunas de las medidas por las que durante años han abogado el Secretario de Justicia, Jeff Sessions, y su exempleado y ahora asesor de Trump, Stephen Miller, dos de las figuras más antiinmigrantes de esta administración. El muro, un ataque frontal a las ciudades santuario, E-Verify y particularmente la cruel propuesta de deportar de forma expedita a niños y menores no acompañados, los cuales arriban a la frontera sur huyendo de la violencia y buscando asilo, son solo algunas de las medidas que incluye el documento que la Casa Blanca envió al Congreso.

La medida para legalizar a los Dreamers debe considerarse de manera independiente, precisamente para evitar que estos jóvenes se conviertan en fichas de un cruel juego de ajedrez. Claro está, se entiende que estamos lidiando con un Congreso y una Casa Blanca republicanos, por lo que es de anticiparse que quieran promoverse cambios en las leyes migratorias como parte de una negociación en torno al futuro de los Dreamers. La pregunta es cuál será el alcance de esos cambios.

Cuando de los Dreamers se trata, Trump ha querido aparentar estar con Dios y con el Diablo, y parece que este último lleva las de ganar, pues la lista de onerosas peticiones migratorias como condición para solucionar el limbo migratorio de los Dreamers supone unas Navidades en octubre para los antiinmigrantes.

El presidente que terminó DACA ahora amenaza al Dream Act con una larga lista de drásticas medidas.

A continuación compartimos una declaración de Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice Education Fund, en relación con los Principios de la Casa Blanca en Inmigración: Esta noche, el presidente Trump firmó una larga lista de drásticas medidas que amenazan con aniquilar las oportunidades de proclamar el Dream Act este año. Al hacerlo, parece que Trump está siguiendo los lineamientos del asesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, y del Fiscal General, Jeff Sessions, quienes son acérrimos opositores a cualquier medida que le dé estatus legal a los Dreamers.

Estaremos atentos a lo que diga el propio presidente. Si indica que 1) esta es una lista de deseos que tiene la intención de enviar una señal a su base de que él es aún de línea dura, pero no una lista de imprescindibles en cualquier acuerdo sobre el Dream Act; y 2) que está dispuesto a trabajar con los demócratas para aprobar un Dream Act sin esas drásticas medidas hacia el fin de año; entonces todo va a toda máquina. Si no, Trump y el Partido Republicano se encaminan hacia un feo resultado. Pasarán a ser considerados los arquitectos de una de las más crueles medidas en la historia de Estados Unidos: exponer a 800,000 jóvenes estadounidenses a la deportación del país que aman a naciones que apenas recuerdan.

La Casa Blanca y sus aliados del Partido Republicano en el Congreso parecen empeñados en ir solos en cada desafío que enfrenta el país. No les ha funcionado hasta el momento en otros temas y tampoco les funcionará en este. Seamos claros en que este paso hace más probable un cierre del gobierno republicano. Para el 8 de diciembre de este año, el Congreso tiene que aprobar un proyecto de gastos para mantener al gobierno en funciones. Si la historia reciente sirve de algo, muchos republicanos se rehusarán a votar por cualquier medida de gastos. Y si el Dream Act no está incluido en tal proyecto de gastos, la inmensa mayoría de los demócratas no votará por este.

En conclusión, entonces, si Trump y el Congreso republicano no trabajan con los demócratas para resolver la crisis provocada por la decisión del presidente de terminar DACA, el Partido Republicano se precipitará hacia un cierre del gobierno sobre un tema que más del 80% del pueblo estadounidense cree que debería ser resuelto para que los Dreamers puedan quedarse en el país que llaman hogar.