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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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Dos años después de que Mitt Romney apoyara la “autodeportación” ¿qué han aprendido los republicanos?

Por: María Ponce

Si bien reconociendo el problema es el primer paso, el Partido Republicano necesita hacer algo sobre la reforma migratoria para evitar la repetición de los errores cometidos en 2012.

Washington DC.-

Mañana se cumple el segundo aniversario del infame apoyo de Mitt Romney a la “autodeportación”, la política migratoria que él dio a conocer durante un debate en las primarias republicanas realizado en Tampa. Si bien muchos republicanos han reconocido el daño político infligido por la posición migratoria de Romney y han posteriormente abrazado la verdadera reforma migratoria, es necesario que la Cámara Baja actúe para probar que el Partido Republicado realmente ha aprendido de sus errores anteriores.

De acuerdo con Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, “dos años después de que Mitt Romney se autodeportara de la Casa Blanca, el Partido Republicano ha experimentado una evolución en el tema migratorio que es al mismo tiempo alentador e incompleto. Hay un creciente reconocimiento de que el Partido Republicano tiene que aprobar la reforma migratoria como una forma de rehabilitar su dañada imagen con los votantes latinos, asiáticoestadounidenses e inmigrantes, pero hasta el momento la Cámara Baja liderada por los republicanos ha sido lenta en asumir la reforma migratoria. Analistas como Dan Balz nos han recordado recientemente que el Partido Republicano continuará enfrentando dificultades para retomar la Casa Blanca hasta que tenga en cuenta el cambiante electorado estadounidense”.

La autodeportación es obra de un círculo de notorios líderes antiinmigrantes como Mark Krikorian, del Centro de Estudios de Inmigración, y Kris Kobach, secretario de estado de Kansas y autor de las leyes “muéstrame tus documentos”, de Arizona y Alabama.

Ustedes recordarán cuán alegre estaba Krikorian luego de que Mitt Romney diera su respaldo a dicha política. Ciertamente recordarán cómo le fue a Romney con tal política. En buena medida debido a esta posición de línea dura en el tema migratorio, Mitt Romney perdió votos latinos frente al presidente Obama por un margen de 75% a 23% (con base en resultados de la encuesta realizada por Latino Decisions) o 71% a 27% según las encuestas de salida en la elección general de 2012.

Muchos de los allegados a la campaña de Romney, incluyendo a él mismo como candidato, comprendieron después el daño político infligido por su posición. En noviembre pasado, Mitt Romney reconoció los errores de su campaña en relación con los votantes latinos y respaldó algún tipo de vía a la ciudadanía para inmigrantes indocumentados. En un foro postelectoral realizado por el Instituto de Política de la Universidad de Harvard, el ex jefe de campaña de Romney, Matt Rhoades, admitió que el rumbo hacia la derecha extrema en el tema migratorio durante la primaria fue un error.

El Comité Nacional Republicano (RNC) afirmó en el reporte de su recuento postelectoral que el Partido Republicano necesitaba ayudar a aprobar la reforma migratoria y que “si los hispanos piensan que no los queremos aquí, harán oídos sordos a nuestras políticas. En esencia, los votantes hispanos nos dicen que la posición de nuestro partido en el tema migratorio se ha convertido en una prueba de fuego, que mide si les damos la bienvenida o les cerramos la puerta”.

El senador John Cornyn (RTX) dijo a Fawn Johnson, del National Journal: “Mi teoría es que podemos ganar en 2014 sin resolverlo. No podemos ganar en 2016 sin resolverlo”.