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Sábado, 21 de Septiembre del 2024
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Trump, campeón de la cobardía

Por: Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Por: José López Zamorano Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

Desde el momento que inicio su campaña política, Donald Trump no consideró al voto latino y al de los grupos afroamericanos como fundamentales para llegar a la Casa Blanca. Por el contrario, su estrategia consistió en una política que solo buscó el apoyo de euroestadounidenses conservadores, incluyendo simpatizantes de los grupos más retrógrados del país. El hecho de que recientemente se pronunció a favor de una política migratoria menos virulenta contra los latinos y una política solidaria hacia los afroamericanos no quiere decir que el magnate de copete rojizo haya cambiado de ideología política.Su intolerancia hacia los latinos se mantiene, su racismo hacia los grupos afroamericanos es el mismo, su petulancia y su egocentrismo nunca va a cambiar. Su mente sigue concentrado en conseguir el apoyo euro-estadounidense porque sigue pensandoque solo ellos, los conservadores y los moderados independientes, le ayudarán en su meta de convertirse en Presidente de la República.

El cambio de retórica de Trump se notó claramente esta semana en Akron, Ohio, en donde criticó a la clase política no solo demócrata sino también republicana porque supuestamente no beneficiaron en nada a las minorías étnicas. De acuerdo a su punto de vista, los latinos y afroamericanos viven en una precariedad insoportable; sus comunidades están abarrotadas de pandillas, pobreza, escuelas de bajos niveles académicos y otros males sociales. Propio de un ignorante que no entiende que los latinos son una población diversa ideológica y económicamente –muchos pertenecen a las clases medias, como también hay de clase alta—, Trump simplemente hizo resaltar los estereotipos más mundanos de los grupos más retrógrados del país.

Su conclusión fue mucho más bochinchera e insensible hacia las causas latinas y afroamericanas: “¿Qué carajos tienen que perder? Den me una oportunidad. Yo voy a resolver todo esto; voy a resolverlo. No tienen nada que perder”.

Mentira, Trump no quiere resolver un ápice de los problemas de la comunidad latina. La intención de su nueva retórica es recuperar el voto moderado euro-estadounidense, especialmente de aquellos grupos conservadores que, durante las últimas semanas, han estado buscando alternativas reales de voto en el Partido Demócrata, el Partido Verde y el Partido Libertario. Sus diatribas racistas, sus peleas constantes con los medios de comunicación y sus insultos a la familia de un militar caído en la guerra le han restado el apoyo de muchos conservadores leales del Partido Republicano. No es coincidencia que sus palabras fueron enunciadas en medio de una población de seguidores euro-estadounidenses.

Si hubiese mostrado algo de solidaridad y sensibilidad, Trump hubiese presentado su “nueva estrategia política” en medio de una concurrencia latina en Los Ángeles o en Santa Ana, California. En Ohio hay una población nutrida de afroamericanos, pero no se siente capaz de presentarse a un mitin político. ¿A qué le tiene miedo?Nunca, desde que inició su carrera política hacia la Casa Blanca, se presentó al frente de una concurrencia minoritaria. Mientras no lo haga, mientras no muestre la cara, las palabras de Trump se esfuman en el aire y no hace más que confirmar el desencanto de los latino hacia su candidatura. El magnate de copete rojizo es campeón de la cobardía.