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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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El asesinato de una adolescente embarazada desata el número de feminicidios en Rep. Dominicana

República Dominicana.-

Rep. Dominicana

Emely Peguero tenía 16 años y cinco meses de embarazo cuando la mataron. El cuerpo de la adolescente de República Dominicana presentaba señales de un aborto, probablemente forzado, y ruptura craneal. Estuvo desaparecido por nueve días.

Su novio y la madre de éste, que era una funcionaria pública y tenía una carrera política prometedora, están en prisión preventiva por acusaciones de implicación en el caso. Por la brutalidad y por la implicación de una funcionaria, este caso conmocionó a República Dominicana, un país en el que hay un promedio de 200 feminicidios anuales según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

La muerte de Peguero fue uno de los 153 homicidios de ese tipo perpetrados entre enero y agosto de este año según los datos de la Procuraduría. Algunas activistas temen que las cifras podrían ser más altas.

El caso, ocurrido a finales de agosto, ha seguido en el centro del debate público y encendió las alarmas sobre los terribles casos de asesinatos de mujeres y los puso en la agenda política y en la de los medios de comunicación.

Durante la búsqueda del cuerpo de la menor se encontraron los cadáveres de otras dos jóvenes, las dos de 18 años. Una de ellas había sido asesinada por su padrastro y la otra por su novio y un cómplice de éste, lo que puso aún más en evidencia la gravedad de los asesinatos de mujeres en el país.

Los feminicidios son un problema en América Latina, donde según el Observatorio de Igualdad de Género en América Latina y el Caribe (OIG), un organismo de Naciones Unidas, cada día mueren un promedio de 12 mujeres “por el simple hecho de serlo”. En 2014, en 25 países de la región un total de 2.089 mujeres fueron víctimas de feminicidio.

“Las tasas más altas a nivel regional corresponden a El Salvador y República Dominicana. En términos de números absolutos, Argentina y Guatemala se ubican en segundo y tercer lugar, con más de 200 feminicidios cada uno en 2014”, de acuerdo al organismo. “No quería abortar”.

“La mataron porque no querían que tuviera a su bebé”, le explica con la voz entrecortada Genaro Peguero, el padre de la víctima.

Dice que vio algunos de los mensajes de texto intercambiados por su hija y la madre del novio en el que ésta pedía que abortara.

“Mi hija le dijo que no, que ella quería tener al bebé. Ya tenía cinco meses y que sabía que iba a ser varón”, asegura por teléfono.

No está claro si Peguero murió desangrada a causa del aborto o por el golpe en la cabeza.

“Se la llevaron de aquí para que abortara. No querían matarla, pero algo salió mal. Tal vez mi hija quiso escapar”, dice.

El informe forense preliminar recoge que las causas de la muerte fueron la hemorragia interna del útero por aborto inducido y el golpe contundente en la cabeza con hundimiento del cráneo.

“Se encontraron restos del feto en su vientre, contusión del cuello uterino y canal vaginal, perforación del útero con indicativos de que se aplicó una gran fuerza en esa zona y órganos dispersos propios de un aborto inducido”, señala el reporte y apunta a que el golpe en la cabeza fue infligido en vida, pues le provocó una hemorragia cerebral.