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Martes, 3 de Diciembre del 2024
| 10:42 am

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Insinuaciones de golpe erosionan el control de Maduro sobre los militares

Bogotá.-

Venezuela

Dos días antes, el gobernante Nicolás Maduro había ordenado la expulsión de 24 oficiales, incluyendo algunos que fueron cercanos colabores del fallecido presidente Hugo Chávez, mientras contemplaba quitarles los pasaportes a cientos de integrantes de la Policía Nacional Bolivariana, para tratar de contener así la masiva deserción de agentes afectando al organismo.

Los agentes de inteligencia militar llegaron a la sede del Batallón Ayala, ubicado en el estratégico Fuerte Tiuna de Caracas, y se encontraron con que los vehículos blindados de fabricación rusa, BTR, estaban listos para la acción; cargados con municiones, en violación del reglamento. El comandante del batallón fue arrestado y ahora enfrenta cargos de traición junto con otros cinco tenientes coroneles.

Esa misma tarde del viernes 2 de marzo, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, se presentó apresuradamente en la Academia Militar, ubicada en el mismo fuerte, y ordenó que se les diera permiso para salir de inmediato al mayor número de cadetes posible, en esencia vaciando la instalación.

La extraordinaria acción obedeció a temores de que había una insurrección en ciernes, según dijeron fuentes militares.

Dos días antes, el gobernante Nicolás Maduro había ordenado la expulsión de 24 oficiales, incluyendo algunos que fueron cercanos colabores del fallecido presidente Hugo Chávez, mientras contemplaba quitarles los pasaportes a cientos de integrantes de la Policía Nacional Bolivariana, para tratar de contener así la masiva deserción de agentes afectando al organismo. Ambas medidas incrementaron aún más el ya extenso descontento en los cuarteles.

Estas son solo las más recientes señales que apuntan a que Maduro está perdiendo la lealtad de las fuerzas armadas, en medio de un colapso económico que está llevando a los soldados a pasar hambre y la posibilidad de sanciones económicas y de eventuales juicios por violaciones a los derechos humanos que enfrentan sus coroneles, generales y almirantes.

Las señales emitidas recientemente por Washington, en el sentido de que vería con buenos ojos un golpe militar para poner fin a un régimen autoritario vinculado al narcotráfico, también están incrementando la incertidumbre que estremece al estamento militar.

Pero las sanciones son el factor que ejerce el mayor impacto sobre la lealtad militar, opinó desde Caracas la analista Rocío San Miguel, abogada y presidente de la ONG Control Ciudadano.

“Las sanciones están haciendo mella en la incertidumbre, en el desasosiego que se plantea esta gente, afectando incluso al generalato y al almirantazgo. ¿Hasta donde es capaz esta gente de mantenerse sumisa y leal a la revolución cuando las sanciones podrían incrementarse aún más en un corto plazo?”, preguntó San Miguel, una de las más respetadas autoridades sobre el sector militar venezolano.

El gobierno estadounidense, reaccionando ante el sistemático desmantelamiento de la democracia emprendido por Maduro y crecientes denuncias de violaciones de los derechos humanos, viene aplicando desde hace varios meses sanciones económicas individuales contra hombres clave del chavismo.

Las sanciones, que han comenzado a ser imitadas por Canadá y Europa, congelan las cuentas en el exterior de los sancionados y cancelan sus visas para viajar a los países que las han adoptado.

Pero la función de ente represor que deben jugar para mantener al régimen de pie, podría acarrear consecuencias aún peores para los oficiales, dado a que denuncias de violaciones a los derechos humanos ya comenzaron a llegar a las cortes internacionales.

“Se produjo recientemente un evento muy impactante que poco se ha analizado. Se trata del pronunciamiento de la Fiscal de la Corte Penal Internacional, diciendo que aún cuando en este momento no hay caso abierto contra ningún venezolano, la fiscal ya procedió a evaluar la situación en Venezuela y Filipinas”, alertó San Miguel.

“Eso pone en jaque a los mandos militares venezolanos. No es un jaque mate, pero es un jaque que ellos entienden perfectamente bien, debido al alcance que podría llegar a tener, debido a lo que significa la jurisdicción internacional penal y debido a la apertura de casos en contra de ellos”, señaló.