Nace una nueva Malala en Pakistán lucha por la paz
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- Categoría: Internacional
- Publicado el Domingo, 16 Agosto 2015 3:08am
Pakistán.-
La comparación es inevitable: una joven paquistaní que lucha por la paz. Neelam Ibrar Chattan tiene 21 años y al igual que la icono mundial y ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, es del Valle de Swat, al norte de Pakistán. Desde 2011 que Neelam Chattan viene concientizando a mujeres y niños acerca de la importancia de una educación sana, alejada de las armas y los conflictos.
Pero dada la situación en la región, no sea una tarea fácil. En el pasado, el Valle de Swat fue conocido como la “Suiza de Asia”, por sus montañas, bosques y lagos. Fue un lugar con grandes herencias budistas, de lo que hoy queda poco.
Pero en 2007, bajo la orden del mulá Maulana Fazlullah, los talibanes tomaron el control del lugar, matando a más de dos mil personas. Entonces prohibiendo fiestas, tiendas de música y censuraron a las peluquerías afeitar barbas. Quienes desobedecían eran ejecutados. Llegaron a destruir más de 400 escuelas y prohibieron a las niñas asistir a éstas.
En 2009, la situación se tornó aún más tensa con la llegada del Ejército paquistaní, que ordenó a más de 1,5 millones de residentes dejar la zona para pelear contra los talibanes, con ataques por aire y tierra. Muchos de los pobladores volvieron meses después, cuando las fuerzas paquistaníes recuperaron el control de algunas zonas.
En 2012 el miedo volvió al valle, cuando un grupo talibán le disparó a Malala Yousafzai cuando volvía de su escuela en un autobús. La joven de 15 años -que se había hecho conocida tras denunciar la situación en un blog de la BBC y por su lucha para que las niñas volvieran a sus colegios-, fue hospitalizada y trasladada a Birmingham, en Reino Unido, ciudad donde vive actualmente por miedo a las amenazas talibanes contra su vida.
A diferencia de Malala, Neelam Chattan vive en el valle y estudia un Bachillerato en Artes en el colegio gubernamental para mujeres Saidu Sharif Shatt. A los 13 años decidió por primera vez que lucharía por los derechos civiles y la paz.
“Todos estaban con miedo por las acciones de los terroristas. Todos los días observábamos cuerpos colgados en diferentes partes de la ciudad. Nadie podía hablar en contra de esas cosas por nuestro propio bien”, contó la propia Neelam desde Pakistán.
Según ella, esto afectó de manera dramática a los habitantes, que perdieron a sus hijos , padres y hermanos, y especialmente a los niños.
“El ambiente de guerra queda en la mente de las nuevas generaciones”, plantea.
Apoyada por su madre, quien como cosedora gana apenas US$ 60 al mes, cuya mitad regala a su hija para material de trabajo, comenzó a trabajar con niños, realizando hasta 15 actividades mensuales.