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Domingo, 24 de Noviembre del 2024
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A 200 años de la Carta de Jamaica

El pasado 6 de septiembre se conmemoró dos siglos de la Carta de Jamaica, la cual fue escrita por el Libertador Simón Bolívar. Más que un escrito común y corriente, esta Carta fue un manifiesto político prolijo que proclamó la unión de los diversos sectores sociales en las colonias latinoamericanas para lograr la emancipación del yugo español y establecer las bases políticas institucionalesindispensables para la creación de Estados libres y soberanos.

En la Carta de Jamaica el Libertador ofrece una evaluación estratégicamilitar frentea la decadencia del régimen español en América Latina. Hace notar las virtudes y cualidades innatas del habitante latinoamericano como sujeto social en colonias devastadas por la discriminación, exclusión y la injusticia social. Las disposiciones estamentales de la Corona Española en las colonias a menudo se resistieron a tomar en cuenta los méritos del individuo, particularmente de los criollos, en laasignación de cargos gubernamentales y en otras posiciones de poder. El Libertador manifiesta lo siguiente en uno de los apartados de su Carta.

“Estábamos, como acabo de exponer, abstraídos, y digámoslo así ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás [los criollos] éramos virreyes ni gobernadores, sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares, sólo en calidad de subalternos […]”.

A 200 años de la Carta de Jamaica, la situación social, económica y política de las poblaciones en América Latina ha cambiado. Sin embargo, los condicionantes de discriminación que el Libertador encontró en su periodo todavía se manifiestan en algunos países.

En el caso boliviano, la discriminación contra los grupos indígenas está siendo erradicada gradual y sistemáticamente en diversas instancias del Estado y la sociedad. Desde el inicio mismo de su mandato presidencial, el presidente Evo Morales apoyó la formación de una asamblea constituyente para gestar una constitución política del Estado que refleje la nueva realidad boliviana e incluya los derechos de aquellas poblaciones que históricamente fueron violentadas por los grupos dominantes.

Sin embargo, con todos los cambios que promueve el actual gobierno, la discriminación no solamente se reúsa en desaparecer sino que algunas instituciones, como las Fuerzas Armadas, han mantenido la segregación “racial” dentro de sus institutos militares. El Colegio Militar de Ejército, el Colegio Militar de Aviación y la Escuela Naval Militar de Bolivia han funcionado como verdaderos filtros sociales que generan y regeneranun tipo de personal, cuyas características fenotípicas tienden a ser las mismas. Una vez egresados como subtenientes y después de ascender a otros rangos jerárquicos, los oficiales militares a menudo exhiben el mismo etnocentrismo que los había caracterizado en el periodo de la colonia. Es muy raro, por ejemplo, encontrar un subteniente o capitán –menos un general— con un apellido auténticamente indígena.

La Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de Bolivia continúa siendo la base jurídica que condiciona la conducta de sus miembros, reglamenta a los institutos militares, regula el empleo del personal castrense, proporciona pautas entre las diversas jerarquías de los militares. Desde su creación en diciembre de 1963, sus artículos nunca fueron enmendados a pesar de los cambios sistemáticos que acontecieron en otras entidades del Estado y las transformaciones a nivel estructural en la sociedad boliviana desde la llegada de Evo Morales al poder.

Hoy, a 200 años de la Carta de Jamaica, debemos invocar que se sancione, tanto en Estados Unidos como en América Latina, a estas instituciones que discriminan a la gente por diversos factores. En tal sentido, es necesario “descolonizar” la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de Bolivia, que hasta hoy se ha mostrado inmune a los cambios.