Dura realidad de niños migrantes abandonados por Europa
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- Categoría: Internacional
- Publicado el Domingo, 27 Septiembre 2015 3:54pm
Ciudad del Vaticano.-
Es difícil para cualquier persona sentirse solo en el mundo. Pero para un niño, esta situación debería ser inimaginable. Mientras los líderes europeos discuten qué medidas tomar en cuanto al enorme flujo de refugiados y otros migrantes hacia Europa -y no hay solución inmediata- son los más vulnerables quienes se llevan la peor parte.
El número de niños que buscan asilo en Europa ha aumentado un 74%.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), durante los primeros seis meses de 2015 solicitaron asilo en Europa 106.000 niños. Los más jóvenes, menores de 10 años, suelen llegar a Europa con otro miembro de su familia, pero el porcentaje de menores no acompañados se ha incrementado drásticamente. Algunos son huérfanos de guerra, otros perdieron a su familia en su odisea hacia Europa. Muchos otros fueron seleccionados en sus hogares como “los elegidos” para intentar lograr una vida mejor, con la esperanza de poder enviar dinero a su familia desde allí o de encontrar la manera de traer a sus familiares Europa más adelante.
Pero el viejo continente está abrumado y, lamentablemente, no está lo suficientemente preparado para la llegada de tantos niños. Ahora entran desde Grecia –hasta hace poco también por Hungría– pero Italia fue el primer país en el que los traficantes de personas pusieron su punto de mira, desde hace ya dos años. Muchos de los menores provienen de Siria, Eritrea y Afganistán y ya experimentaron el horror en sus propios hogares. Algunos de ellos sufrieron ataques y violaciones durante su peligrosa travesía hacia Europa. Tenían la esperanza de que, al llegar a Europa, su suerte cambiaría. Por desgracia, se equivocaban.
En Italia, las autoridades se desbordan ante la gran cantidad de migrantes y refugiados aterrizando en sus costas. La consecuenia, puerta abierta para los intermediarios sin escrúpulos que buscan sacar partido de la situación. Un gran número de niños fueron explotados desde el primer momento. En el sur de Italia, algunos centros de acogida pagan hasta 75 euros (US$86) al día por cada niño que albergan -esta cantidad se reduce a 35 euros (US$40) para los adultos. Abrumadas ante el excesivo número de llegadas, las autoridades italianas permitieron la apertura de centros privados para niños, sin apenas control sobre sus actividades.