1. Skip to Menu
  2. Skip to Content
  3. Skip to Footer
Jueves, 21 de Noviembre del 2024
| 11:01 am

Síguenos en Las Americas Newspaper Facebook Las Americas Newspaper Twitter Las Americas Newspaper Google Plus

El Racista de la Casa Blanca

Por: Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

No existe duda, hay un Racista encerrado en la Casa Blanca. No aceptar a gente de una región predominantemente afrodescendiente y/o mestiza es un prejuicio cognitivo, un hecho consumado de discriminación y racismo.

El sociólogo y profesor universitario estadounidense John E. Farley nos permite apreciar, comparar y diferenciar estos tres términos. Por una parte, el prejuicio es una actitud o una creencia positiva o negativa de una persona hacia a otra. Dicha actitud puede también ser dirigida hacia un grupo étniconacional o hacia un grupo caracterizado por su género, religión u orientación sexual. El prejuicio puede provenir, indistintamente, de personas pertenecientes al grupo dominante de la sociedad (euroamericanos) o grupos subordinados (afrodescendientes, latinos, asiáticos, islámicos, etc.).

Y por la otra, la discriminación es una conducta o una acción consumada y hace referencia al trato desigual por parte de un individuo o un grupo hacia otro por el simple hecho de que pertenece a otro grupo en particular. La discriminación ocurre normalmente de arriba hacia abajo; es decir, de grupos dominantes a grupos subordinados, aunque también puede suceder al revés.

El prejuicio no es penado por la ley, mientras que la discriminación sí lo es. El Acta de 1964, Título VII, destaca que es ilegal que los empleadores discriminen en base “a la raza, religión, sexo, origen nacional o color de la persona”.

Es racismo, por su parte, es muy similar al prejuicio. Hace referencia a la actitud y creencia que favorece a un grupo sobre otro; sin embargo, a diferencia del prejuicio, el racismo puede incluir la conducta. El racismo, puede o no ser penado por la ley; o puede, como sucedió durante el periodo esclavista, tomar parte del ordenamiento jurídico nacional, ser tolerado y convertirse en una normalidad de la sociedad.

Analicemos lo destacado por Donald Trump en frente de senadores demócratas y republicanos. El mandamás de la Casa Blanca cree que las poblaciones del continente Africano, de Haití y El Salvador no deben ser aceptados en nuestro país porque provienen de “agujeros de mierda”, mientras que deberíamos estimular la migración de Noruega, cuya población es predominantemente “blanca”.

En términos académicos y de acuerdo a las divisiones que hace John Farley, lo que Trump manifestó encaja dentro de lo que se conoce como Prejuicio Cognitivo o la creencia de que los grupos dominantes mayoritarios son biológicamente superiores a los grupos subordinados. Asimismo, lo hecho por Trump es una acción discriminatoria consumada y es una conducta racista contra un grupo étnico-nacionalregional.

El presidente de los Estados Unidos es un Racista de Mierda; su conducta es una vergüenza nacional y mundial.