No sea víctima de un preparador de impuestos “fantasma” OJO “IRS”
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- Categoría: Washington DC
- Publicado el Lunes, 16 Abril 2018 12:19am
Washington, DC.-
El Servicio de Impuestos Internos les advierte a los contribuyentes que eviten los peligros de preparadores de impuestos “fantasmas.” Según el IRS, a un preparador “fantasma” se le paga para preparar una declaración de impuestos, pero éste no firma, ya sea electrónicamente o en papel, como preparador pagado. Estos preparadores “fantasmas” que no incluyen su nombre en la declaración de impuestos son una señal de advertencia para los contribuyentes de una posible estafa.
Así es como funciona. El preparador “fantasma” imprime la declaración para su cliente y luego le dice al contribuyente que la firme y la envíe por correo al IRS, o la prepara electrónicamente pero no la firma digitalmente como preparador pagado. Al hacerlo de esta manera, la declaración de impuestos parece ser auto preparada, sin ninguna indicación de que se contrató a un preparador de impuestos para completarla, lo que ayuda al preparador a pasar desapercibido.
Por ley, cualquier persona a quien se le pague por preparar o ayudar a preparar una declaración de impuestos federal, debe tener un Número de Identificación Tributaria de Preparador de 2018 o PTIN válido. Estos preparadores de impuestos generalmente firman las declaraciones de impuestos que preparan e incluyen su PTIN en cada declaración, y así proveen al IRS su información de identificación. Por lo general, a un preparador de impuestos pagado que prepara más de 10 declaraciones de impuestos se le requiere presentar electrónicamente esas declaraciones.
En lo que va de año, el IRS ha emitido más de 737,000 PTINs.
Los preparadores de impuestos deshonestos y sin escrúpulos, incluidos los “preparadores fantasmas,” perpetúan el fraude de reembolso y las estafas que perjudican a los contribuyentes honestos que intentan hacer lo correcto y presentar una declaración de impuestos legítima. Estos defraudadores buscan hacer dinero rápido prometiendo un gran reembolso, a veces cobrando tarifas basadas en un porcentaje del reembolso.
Los preparadores “fantasmas” también pueden: Requerir el pago en efectivo y no proporcionan un recibo. Inventar ingresos para auto calificar erróneamente a sus clientes para créditos tributarios o reclamar deducciones falsas para permitir que el contribuyente obtenga un reembolso mayor.