El poder del electorado hispano hace tan difícil acordar una Reforma Migratoria
- Detalles
- Categoría: Washington DC
- Publicado el Domingo, 24 Marzo 2013 12:35am
Por: Paula T. Castellanno
Después de examinar los siguientes datos del Pew Hispanic Center en conjunto con el Negociado del Censo, casi entiendo por qué se hace tan difícil acordar una reforma migratoria que, sobre todo, facilite la naturalización. Cincuenta y tres (53) millones de hispanos integran el 17% de la población de los Estados Unidos, pero constituyeron solo el 10% de los votantes de las pasadas elecciones presidenciales. Con todo y que el 10% es bajo, fue un número récord de latinos votantes y fue decisivo en los resultados de los comicios.
Esa porción del electorado va a aumentar rápidamente, primero porque los hispanos son el grupo étnico más joven de la nación. Su edad mediana es de 27 años y de solo 18 años para los hispanos nacidos en los Estados Unidos. En las próximas décadas, la porción hispana del electorado elegible por edad va a aumentar, tan solo por reemplazo generacional. Los hispanos serán responsables por 40% del crecimiento del electorado elegible de los Estados Unidos entre ahora y el 2030, cuando 40 millones de hispanos serán elegibles para votar, de 23.7 millones que son ahora. Si las bajas tasas de participación de votantes hispanos y sus tasas de naturalización aumentaran a los niveles más altos de otros grupos, el número de hispanos que votarían en las próximas elecciones podría duplicarse en dos décadas.
Se calcula que en noviembre pasado votaron 12.5 millones de hispanos. De los 40 millones de hispanos que no votaron, unos no votaron porque no quisieron y otros porque no eran elegibles para votar: 11.2 millones de votantes elegibles decidieron no votar (44-53%); 5.4 millones son residentes legales permanentes que no podían votar porque no se han naturalizado; 7.1 millones son inmigrantes indocumentados adultos; 17.6 millones son menores de 18 años de edad.
La gran mayoría (93%) de los jóvenes hispanos latinos son ciudadanos americanos de nacimiento y serán automáticamente elegibles para votar durante las próximas elecciones. Anualmente, 800,000 latinos cumplen 18 años. Para el año 2030, ese número debe haber llegado a un millón anual, añadiendo un electorado potencial de más de 16 millones de nuevos votantes latinos.
Solamente el reemplazo generacional y la elegibilidad por edad y ciudadanía aumentarían el electorado hispano a cerca de 40 millones en dos décadas. Este número puede subir drásticamente si aumenta la naturalización entre los 5.4 millones de hispanos residentes legales.
Más de 24 millones de inmigrantes hispanos han llegado a los Estados Unidos durante las pasadas cuatro décadas, considerado como el movimiento de inmigración concentrada más grande entre todos los grupos étnicos en la historia de los Estados Unidos. Un 45% llegó legalmente y 55% entró ilegalmente. Si asumimos que la inmigración hispana va a continuar a ese ritmo, aún cuando ha descendido un poco durante los pasados tres años, el electorado hispano va a expandirse más allá de los números proyectados por los hispanos que ya residen en los Estados Unidos. A eso se suma que los inmigrantes tienden a tener más hijos que los que nacen en suelo americano, y, definitivamente, el efecto de la inmigración va a producir un efecto en cadena en la composición del electorado de los Estados Unidos, que va a repercutir por generaciones.
Todas las cifras anteriores tienen como base la realidad presente. Finalmente, consideremos los 8.4 millones de hispanos indocumentados y una Reforma Migratoria integral que los encamine hacia la naturalización. Luego piense en una campaña educativa masiva para que se interesen en votar cuando se conviertan en ciudadanos. El efecto multiplicador del electorado hispano, a largo plazo no tan largo, será abrumador y su poder como constituyente, más allá de la imaginación.