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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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Llegan los restos del general Greene, la baja de mayor rango desde Vietnam

Por: Paula T. Castellano
Washington DC.-

General Greene

La muerte de Greene es la primera de un general en activo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando un avión comercial fue lanzado por los terroristas contra la sede del Pentágono, en las afueras de Washington, causando la muerte de las 64 personas que iban a bordo, así como de 125 funcionarios que se encontraban en la sede del Departamento de Defensa.

Los restos mortales del general Harold J. Greene, el militar estadounidense de más alta graduación muerto por fuego enemigo desde la guerra de Vietnam (1959-1975), llegaron ayer repatriados desde Afganistán a los Estados Unidos. El féretro metálico con los restos del general de dos estrellas, cubierto con la bandera de los Estados Unidos, llegó a la base de la Fuerza Aérea de Dover, en Delaware, a bordo de un avión militar de carga, y fue recibido con honores por un pelotón de soldados que lo bajaron del aparato y lo depositaron en un vehículo funerario. En la comitiva que recibieron los restos estaban algunos de sus familiares, incluida su viuda, la coronel retirada Susan Myersa; su hija, Amelia Greene, y su hijo, el primer teniente Matthew Greene.

El jefe militar, que murió a consecuencia de un ataque perpetrado por un soldado afgano este martes en Kabul, es también el militar de mayor rango caído en la llamada guerra contra el terrorismo, lanzada a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Greene, de 55 años, ingeniero y natural de Nueva York, murió por los disparos de fusil hechos por un soldado afgano durante una “visita rutinaria” de un grupo de mandos de la OTAN a la Academia de Oficiales del Ejército Nacional Afgano, administrada por el Reino Unido y situada en la Universidad Marshal Fahim de Kabul. En el ataque resultaron heridas catorce personas, entre ellas, ocho miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que participan en la misión internacional en Afganistán, así como un general alemán y varios militares afganos de distinta graduación.

Según testigos citados por los medios estadounidenses, Greene y sus acompañantes estaban riendo y bromeando tan sólo segundos antes del ataque perpetrado por el soldado, identificado como Mohamed Rafiqulah, de 27 años, quien se escondió en unos baños para disparar al grupo a una distancia de unos 90 metros a modo de francotirador.

El soldado infiltrado, natural de la provincia oriental de Paktia, uno de los principales bastiones de la red Haqani, organización armada que opera a ambos lados de la línea divisoria con Pakistán, pudo vaciar dos cargadores de su fusil antes de ser abatido por un guardaespaldas que iba con el grupo de la misión internacional de seguridad en Afganistán (ISAF) de la OTAN.

Según los testigos, el ataque duró unos tres minutos antes de que Rafiqulah, que disparaba desde una ventana de los baños, situados en el primer piso de un edificio próximo al grupo, que se encontraba en el exterior de la academia, fuera visto y controlado por el guardaespaldas, que le acertó dos tiros en la cara.

Greene recibió al menos un disparo en una pierna y otros cuatro en la espalda, que le causaron la muerte, según testigos presenciales citados por la cadena de televisión NBC.

Este tipo de ataques perpetrados por extremistas infiltrados en las fuerzas militares afganas son conocidos como “green on blue” (verde contra azul), en la jerga militar, en alusión al color de los uniformes de las respectivas fuerzas, la internacional y la afgana.