Desde las trincheras del Consejo Nacional de La Raza (NCLR) de guerrera proinmigrante a “pararrayos” de Obama
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- Categoría: Washington DC
- Publicado el Domingo, 14 Septiembre 2014 3:46am
Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-
Desde las trincheras del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), Cecilia Muñoz fue una de las principales voces del movimiento pro-reforma. Ahora, en la Casa Blanca le sirve de “pararrayos” contra los ataques al Presidente Barack Obama, por sus promesas incumplidas. También ha participado en reuniones privadas en el Congreso para defender la política migratoria de Obama, que ha causado la deportación de más de dos millones de personas desde 2009.
Su mensaje, en cada ocasión, ha sido inconfundible: Obama está comprometido con la reforma migratoria –y ahora con los alivios migratorios temporales- pero son los republicanos los que le obstruyen el paso. Como hija de inmigrantes bolivianos, Muñoz conoce de primera mano los desafíos de la comunidad inmigrante y ha aportado sensibilidad al debate.
En el año 2000, su activismo en NCLR le ganó una beca de $500 mil de la Fundación MacArthur por su capacidad de crear “influyentes coaliciones” en defensa de los inmigrantes. Desde su desembarco en la Casa Blanca en 2009, Muñoz ha tenido que defender las deportaciones y ahora la decisión de Obama de postergar los alivios migratorios hasta después de los comicios del 4 de noviembre, para proteger a senadores demócratas vulnerables. Algunos activistas pro-reforma le dan el beneficio de la duda a Muñoz.
Angela Kelley, analista del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP), sugirió que las cosas estarían peor sin la influencia de Muñoz porque ella “ha aportado su vasta experiencia y pasión al tema, pero al final su jefe es el presidente de EEUU, y tiene que ejecutar sus políticas y decisiones”.
“Ya había una maquinaria de deportaciones antes de que Obama llegara al poder, y Cecilia sí ha liderado los esfuerzos por poner freno al tren” de las deportaciones, argumentó Kelley, quien destacó el protagonismo de Muñoz en el programa de “acción diferida” (DACA) para los Dreamers.
Por su parte, Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC), considera que, ante la “enorme decepción” de la comunidad inmigrante por la demora de Obama, la labor de Muñoz se hace más urgente.
“Le toca a Muñoz y sus colegas alentar al presidente a que sea lo más audaz posible, o ponga en riesgo el apoyo de los latinos, asiáticos y demás inmigrantes en el futuro. Con su equipo, tiene que ayudar a reparar el legado del Presidente y cómo será recordado en los libros de Historia”, advirtió Hincapié.
La portavoz de la Casa Blanca, Katherine Vargas, afirmó que Muñoz ha sido una “campeona entregada a la reforma migratoria, trabajando incansablemente por políticas que amplíen las oportunidades para los latinos y todos los estadounidenses, incluyendo mejoras en el acceso a la educación, cobertura médica y un salario justo”.
Vargas enfatizó que la agenda migratoria de Obama no es solo deportaciones y que Muñoz tiene un compromiso “inquebrantable” con los latinos, al ser una voz clave en la lucha por soluciones migratorias “pese a la obstrucción de los republicanos”.