Por primera vez dos candidatos de ascendencia cubana en la carrera por la Casa Blanca
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- Categoría: Washington DC
- Publicado el Domingo, 7 Febrero 2016 2:17am
Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-
Candidatos descendientes de cubanos fueron los grandes triunfadores en los caucus (asambleas locales) de Iowa y se encuentran en la primera línea de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. El senador por Texas, Ted Cruz, de 45 años, triunfó el lunes con un 27,6% de los votos. Y Marco Rubio, de 44 años, senador por Florida, logró el tercer lugar con el 23,1% de apoyo, pero a escasa distancia del magnate Donald Trump (24%).
Ambos compiten por ser los primeros hispanos en la Casa Blanca. Los dos aspirantes conservadores tienen mucho en común: son abogados, hijos de padres inmigrantes y los candidatos más jóvenes de esta contienda presidencial. Ambos fueron apoyados por el Tea Party, el ala más conservadora del Partido Republicano, para llegar a la Cámara Alta. Cruz y Rubio tienen posiciones muy duras en temas de aborto, control de armas, sueldo mínimo y seguro de salud. Y están contra al deshielo entre La Habana y Washington: los dos han asegurado que si llegan a la Casa Blanca, cortarán relaciones con Cuba.
Esto muestra que tanto Cruz y Rubio se han ido distanciado de las posiciones a las que se ha ido moviendo la comunidad cubana e hispana del país. De hecho, un sondeo de diciembre pasado mostraba que el 56% de los cubanoamericanos apoya la nueva política de Obama hacia la isla. Los cubanos son el tercer grupo más numeroso entre los hispanos de Estados Unidos, detrás de los mexicanos y los purtorriqueños.
Ted Cruz nació en Canadá pero creció en Texas, donde asistió a colegios con apenas un par de cubanos. Su nombre real era Rafael Edward Cruz, pero en su juventud se cambió el nombre a Ted. En su biografía A time for truth, el senador cuenta que Rafael derivó en Rafaelito y Felito. Según él, ese nombre rimaba con “fritos, cheetos, doritos y tostitos”, por lo que sus compañeros se burlaban. El cambio de nombre hizo enfurecer a su padre Rafael Bienvenido Cruz, pastor cristiano.
“Lo vio como un golpe a nuestra herencia, pero no era mi intención”, escribió. En ocasiones, Cruz ha dicho que es un “hijo de un refugiado cubano que escapó de la opresión”.
Pero no se referiría al régimen de Fidel Castro ya queBienvenido Cruz abandonó Cuba en 1957, antes del triunfo de la revolución y después de haber sido arrestado por agentes del dictador Fulgencio Batista. Su madre, Elizabeth Darragh, es estadounidense. A diferencia de Marco Rubio, Cruz prácticamente no expresa su identidad latina, en sus discursos no apela a sus raíces y, según analistas, tampoco se identifica con Cuba o como hijo de inmigrantes. Nunca se le ha escuchado hablar en español ni demostrar querer representar a los latinos.
Sus propuestas extremas en inmigración, además de rodearse con personajes considerados hostiles hacia los inmigrantes, como el agente Joe Arpaio y el congresista Steve King, lo alejan de la comunidad hispana, un público que puede ser clave para las elecciones del 8 de noviembre.
Rubio, por su parte, ha adoptado un discurso más cercano a los latinos. Habla en español y ha manifestado con orgullo su experiencia como hijo de una familia cubana. A pesar de que el senador por Florida dijo en su biografía que sus padres habían huido de la “dictadura de Castro”, la prensa reveló que ellos llegaron a Estados Unidos en 1956, antes de la revolución, cuando se establecieron en Miami. Con un padre camarero y una madre trabajando como mucama, Rubio creció en una comunidad de exiliados cubanos y más tarde se trasladó a Las Vegas. En 2013 estuvo a favor de una reforma migratoria, pero después adoptó una posición más dura.
De acuerdo a analistas, apela a su ascendencia de inmigrantes para atraer a los votantes latinos y a los sectores más moderados, pero para captar a la base conservadora del Partido Republicano, debe sonar más restrictivo.