El Pentágono aprueba el envío de 1.400 tropas de combate soldados estadounidenses vuelven a Afganistán
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- Categoría: Washington DC
- Publicado el Domingo, 11 Septiembre 2016 4:32am
Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-
El ejército de Estados Unidos va a volver a las trincheras de Afganistán dos años después de que la Administración del presidente norteamericano, Barack Obama, anunciase el fin de las operaciones de combate en el país. Fuentes oficiales del Pentágono anunciaron este miércoles el envío de “1.400 tropas de combate para llevar a cabo misiones anti-terroristas contra los talibán, Al Qaeda y el Estado Islámico”. Washington quiso hacer hincapié en que “el envío es parte de la rotación regular de tropas”, según ha indicado el Pentágono, y por lo tanto “no aumentará el número de soldados en el país”.
Pero el hecho de que el nuevo despliegue será llevado a cabo en su totalidad por la 101 División Aerotransportada, las tropas de choque de los Estados Unidos, y no por las diversas unidades de inteligencia, logística y de la Fuerza Aérea que todavía tienen bases en Afganistán, es una prueba irrefutable de que los soldados estadounidenses van a volver a luchar cara a cara contra los talibán.
Las tropas que serán desplegadas pertenecen a la 3ª Brigada de Combate, más conocida por su apodo ‘Rakkasans’, que ha combatido en Afganistán desde 2002 y cuya última misión finalizó en 2015 tras realizar labores de asistencia y entrenamiento del ejército afgano en la provincia de Nangarhar, al este del país, donde los yihadistas cuentan con un gran número de milicianos.
“Los Rakkasans están bien entrenados, dirigidos y preparados para cumplir cualquier misión que se les dé para apoyar la Operación Freedom’s Sentinel”, heredera de las misiones previas en Afganistán Enduring Freedom y Resolute Support. “La 3ª Brigada de Combate luchó y venció a Al Qaeda y a los talibán en 2002 y desde entonces ha demostrado su gran valía durante 10 años de operaciones en el país”, explicó el Comandante de la 101 Aerotransportada, el Brigadier General Scott E. Bower.
Las recientes ofensivas talibán al norte y sur del país han cogido desprevenidas a las tropas de Kabul que, tras colapsarse rápidamente, han requerido la ayuda de la OTAN y Estados Unidos, que incluso llegó a desplegar a los bombarderos B-52, algo que no había hecho desde la ofensiva de Tora-Bora en 2001, para bombardear las posiciones de los talibán. Una retirada que diversos analistas militares estimaron como demasiado temprana.
“La situación en Afganistán sigue siendo muy precaria”, declaró Obama el pasado julio. “A pesar de que las fuerzas de seguridad afganas han mejorado todavía no son lo suficientemente fuertes”, concluyó.
Poco después, en agosto, los terroristas lanzaron un gran ofensiva al norte del país en las provincias de Faryab, Badghis, Badakshan y Kunduz, que estuvo a punto de volver a caer, y una gran ofensiva al Sur que a día de hoy sigue en marcha en las provincias de Helmand y Uruzgan, donde los combates aún se suceden y, según informó este miércoles el Ministerio del Interior afgano, “los talibán ya se encuentran luchando en las calles de la capital, Tarinkot”.
El asalto terrorista en Helmand, liderado por la temible Brigada Roja talibán, llegó a estar a tres kilómetros de la capital, Lashkar Gah, por lo que Washington envió a 100 de sus soldados para coordinar la defensa de la ciudad y lanzar una contraofensiva junto al ejército afgano. La operación, todavía en curso, ha estabilizado ese frente y de momento se ha cobrado la vida de un soldado norteamericano.
Si Helmand, Uruzgan, Faryab y Kunduz caen, el Gobierno del presidente afgano, Ashraf Ghani, estará cercado y en graves aprietos por lo que “el Departamento de Defensa ha aprobado una partida de 60 millones de dólares destinada a la venta de rifles, ametralladoras y lanzagranadas para las tropas afganas”.