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Sábado, 21 de Septiembre del 2024
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Vicepresidentes calzan los guantes en duro y áspero debate en la Universidad de Longwood en Farmville, Virginia

Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-

Kaine, Pence

El candidato a la vicepresidencia demócrata Tim Kaine y el republicano candidato a la vicepresidencia Mike Pence durante el debate vicepresidencial en la Universidad de Longwood el 4 de octubre de 2016 Farmville, Virginia. Este es el segundo de cuatro debates durante la temporada de elecciones presidenciales y el único debate entre los candidatos a la vicepresidencia.

Los compañeros de fórmula presidencial de Hillary Clinton y Donald Trump, respectivamente Tim Kaine y Mike Pence, protagonizaron este martes un áspero debate en televisión en el que tuvieron que defender sus virtudes y argumentos para aspirar a la Casa Blanca. El demócrata Kaine y el republicano Pence básicamente repitieron de forma constante los argumentos de los candidatos presidenciales en la campaña, y utilizaron el debate para insistir en los temas que Clinton y Trump abordan en sus discursos y actos públicos. Así, Kaine martilló todo el debate con la negativa de Trump de divulgar sus declaraciones de impuestos, al tiempo que Pence reiteró que Clinton se propone elevar los impuestos y que fue una secretaria de Estado ineficiente. Las relaciones de Trump con el líder ruso Vladimir Putin y los cuestionamientos a la transparencia de la Fundación Clinton también fueron temas permanentemente citados por los dos candidatos a vicepresidente durante toda la discusión.

Kaine y Pence arrancaron el debate tratando de explicar por qué están listos para ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, pero en apenas minutos el debate se convirtió en un festival de interrupciones para defender a los candidatos principales. Kaine, un senador y exgobernador del estado de Virginia, narró su experiencia en la vida pública y dijo estar listo para apoyar a Clinton, a quien definió como una candidata “más que confiable y altamente calificada” para conducir los destinos del país. De acuerdo con Kaine, la idea de “Trump como comandante en jefe nos asusta terriblemente”, y añadió que no lograba entender cómo Pence podía “defender el estilo egoísta y ofensivo de Trump”.

Por su parte, Pence, gobernador del estado de Indiana, respondió que es la campaña de Clinton la que usa insultos cotidianamente, en referencia a las críticas constantes de los demócratas a la candidatura del polémico millonario. Repitiendo un tema que Trump menciona regularmente en sus discursos, Pence recordó que “enormes porciones del mundo, en particular en el Medio Oriente, están fuera de control” y que la situación que se verifica actualmente en Siria “es resultado de la débil política externa que Hillary Clinton ayudó a conducir” como secretaria de Estado.

Kaine compara plan migratorio de Clinton con el de Reagan, el plan migratorio de Hillary Clinton sin duda es similar a la ley firmada por el presidente Ronald Reagan en 1986. Pero la propuesta de Clinton ofrecería a los inmigrantes que viven de manera ilegal en el país un camino a la ciudadanía y tendría un impacto más extenso. La población estimada de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos es actualmente de casi 11 millones. En 1986, la llamada amnistía Reagan legalizó el estatus migratorio de casi 3 millones de personas.

Existen algunas diferencias destacables entre la llamada amnistía que firmó Reagan y la propuesta de Clinton. La ley de Reagan incluía una provisión que declaraba ilegal que los negocios contrataran a empleados que no contaban con el derecho legal para trabajar en Estados Unidos. Nunca se materializó por completo el ejercicio de dicha cláusula. Aunque la propuesta de Clinton no incluye una propuesta para deportar a los inmigrantes, el plan también incluye un proyecto para revertir una ley que le prohíbe el retorno al país a los inmigrantes que vivían en Estados Unidos sin permiso de residencia, ya sea después de ser deportados o de salir voluntariamente por tres o 10 años, dependiendo de cuánto tiempo vivió esa persona en el país. Dicha condición, de hecho, se convirtió en ley en 1996, mientras Bill Clinton estaba en el poder y se le consideró como un seguimiento a la propuesta aprobada por Reagan.