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Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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Hackeo ruso y la falta de acción de Obama causó daño en campaña electoral

Por: Paula T. Castellano
Washington DC.-

Trump, Putin

Carteles de un movimiento proserbio en Montenegro, con la frase “Hagamos que el mundo vuelva a ser fenomenal... ¡Juntos!”, y las fotos del presidente ruso, Vladimir Putin, y del electo mandatario de EEUU… Una palabra mal escrita, correos de voz ignorados, la pasividad de Obama. Una investigación exhaustiva de The New York Times reveló la infiltración rusa en correos electrónicos demócratas.

Las agencias de inteligencia de EEUU están de acuerdo: Rusia hackeó cuentas de demócratas y republicanos durante la campaña presidencial. Aunque no hay pruebas que lo confirmen, la intervención rusa pudo haber influido en el resultado de las elecciones y perjudicado desproporcionadamente a Hillary Clinton. A la mañana del jueves funcionarios de inteligencia le dijeron a NBC News y a ABC News que el presidente ruso Vladimir Putin intervino personalmente en el hackeo.

Un prominente escéptico es el presidente electo Donald Trump. La mañana de este jueves, después de que se conocieran nuevos detalles del hackeo ruso, tuiteo: “Si Rusia o alguna otra entidad estaba hackeando, ¿por qué la Casa Blanca esperó tanto para actuar? ¿Por qué solo se quejaron después de que Hillary perdió?”

Ignorando el hecho de que la Casa Blanca sí se quejó varias veces, como está ampliamente reportado en este y otros medios, ¿cómo fue posible este hackeo, si Estados Unidos gasta más en defensa que otras siete superpotencias combinadas? Una investigación exhaustiva de The New York Times “reveló una serie de señales perdidas, respuestas lentas y una continua subestimación de la seriedad del ciberataque”.

¿Cuáles fueron estos errores claves que le abrieron la puerta al hackeo ruso y le permitieron seguir interviniendo en el proceso electoral de Estados Unidos? Un funcionario del FBI llamó a la sede demócrata y dejó mensajes varias veces. Tamene pensó que era una “broma”. Nadie en el FBI tomó las medidas necesarias para dejar claro que era una amenaza creíble, que venía de una fuente legítima y qué hacer al respecto. El tema más que todo se ignoró.

Como varios medios han notado, se puede caminar desde las oficinas del FBI a las del DNC en Washington DC. ¿Por qué el FBI no mandó a un funcionario en persona a hablar con altos mandos del partido y alertarles de la gravedad del tema? Pasaron meses y eso le dio tiempo a los hackers rusos involucrados en este primer ataque a conseguir más información vital del partido.

A este grupo de hackers ya lo conocían en la CIA, la Agencia de Inteligencia Central, y sabían con certeza que operaban bajo las ordenes de lo más altos mandos en Rusia. Los llamaban por el sobrenombre “ Cozy Bear” u “Oso Acogedor”. Luego llegó “ Fancy Bear” u “Oso Elegante”.

Allí fue cuando los correos electrónicos de John Podesta, el confidente de más alto rango en la campaña de Hillary Clinton, salieron a la luz, quizá haciendo aún más daño a la candidata, a su campaña, y a la credibilidad en general de los demócratas. El error que cambiaría la historia. “Este es un email legítimo”, le dijo Charles Delavan, un ayudante de la campaña de Clinton a otro ayudante de la candidata demócrata cuando notó un correo sospechoso que le pedía a su usuario, Podesta, que cambiara su contraseña. “John tiene que cambiar su contraseña inmediatamente”. Delavan después explicó que había querido escribir “ilegítimo” en vez de “legítimo”. Dice que este error aún lo desvela.

Así, los rusos recibieron acceso a la cuenta de Gmail de Podesta y a un inmenso número de correos electrónicos, en total unos 60,000. Todos los secretos de la campaña, quedaron a la vista del mundo, fueron reportados, publicados y compartidos millones de veces por la prensa tradicional y por cientos de medios informales y grupos en Facebook.