Confirman muerte de guatemalteco en explosión de East Village y sobreviviente narra su trágica odisea
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- Categoría: Nacional
- Publicado el Lunes, 6 Abril 2015 12:46am
Nueva York.-
Lo que se temía fue confirmado. El forense de la ciudad verificó que el segundo cadáver que se encontró bajo los escombros en el sitio de la explosión en East Village es el de Moisés Locón, trabajador guatemalteco del restaurante Sushi Park. Autoridades informaron que la familia de Locón ya fue notificada. El cuerpo del hombre de 26 años fue identificado gracias a pruebas de ADN que se tomaron a sus familiares. El cuerpo había sido recuperado el domingo.
”Es repugnante que agentes federales discriminen a los que pasan la frontera por ser mora un nombre para que pudiera salir de prisión”, precisó Carrillo. Montoya dijo que se inventó el nombre de José Francisco García. “Así me pusieron en unos papeles que me hicieron firmar, donde dice que no puedo volver a entrar en diez años”, afirmó.
Sobreviviente de explosión: “Todo se llenó de humo, no podía respirar”
“Todo se llenó de humo, no podía respirar”, es lo que recuerda minutos después de la explosión Hugo Ortega, uno de los sobrevivientes que trabajaba en el restaurante Sushi Park, donde se originó la tragedia ocurrida la semana pasada en el East Village.
Desde su pequeña habitación del apartamento de East Elmhurst, en Queens, el mexicano de 39 años que trabajaba como cocinero, se recupera de las heridas que sufrió en la explosión que cobró la vida de dos personas e hirió a más de 20.
“Tenía en frente a Moisés, él era mi mejor amigo, pero de un momento a otro no lo ví más”, asegura Ortega al referirse a Moisés Locón, el joven guatemalteco de 26 años que fue reportado como desaparecido. Fueron minutos de angustia lo vivido por Ortega. “Me tiré al piso, y empecé a gritar en inglés para que alguien me ayudara”.
Como pudo dice que salió gateando del lugar y alguien afuera le tendió los brazos y lo ayudó a salir del restaurante. Lo que recuerda minutos antes de la explosión es el fuerte olor a gas.
“Le dije a Moisés, oye huele mucho a gas, no vaya a ser que salgamos volando como palomitas. Se lo dije en broma pero resultó cierto”.
A Moisés lo conocía desde hace año y tres meses, cuando el joven guatemalteco entró a trabajar al restaurante.
“Era un joven alegre, un niño que solo soñaba con regresar a Guatemala para poder casarse y tener chamaquitos”.
La partida de Moisés hacia su país iba a ser muy pronto por lo que los dos iban a celebrar su viaje.
“Había ahorrado su dinero y como su papá se había ido a Guatemala, él ya había comprado el tiquete, pero no me quiso dar la fecha de su viaje porque me dijo que era una sorpresa”.
Ortega asegura que en el restaurante había por lo menos 14 empleados y varias mesas con clientes.