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Miércoles, 27 de Noviembre del 2024
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Camino a la racialización y al racismo

Por: Humberto Caspa, Ph.D., profesor e investigador de Economics On The Move Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

Racismo

En alguna oportunidad manifesté que al pasado de Estados Unidos se puede conceptualizarla como la historia del racismo. Aunque dura y poco atractiva, es una caracterización precisa, especialmente hoy cuando las bases del Partido Republicano claman a gritos el regreso de la racialización, el separatismo y la segregación.

No es una exageración comparar a muchos republicanos que apoyan la candidatura de Donald Trump con aquellas bases que precedieron al régimen de Adolfo Hitler o aquellas que apoyaron al régimen dictatorial de Augusto Pinochet en Chile o al que en su momento hicieron todo lo posible la llegada de Vladimir Putin en Rusia. Todos ellos tienen mucho parecido.

En base a los estudios del sociólogo alemán Teodoro Adorno se puede inferir que laspoblaciones que alentaron y aclamaron la llegada de estos tres líderes tenían una “personalidad autoritaria”. Los que apoyan a Trump también sufren de este mal social.

Este tipo de personalidad no es inherente a las personas; es decir, no nacen con características autoritarias sino que la adquieren a través de los años, por medio de la familia, los medios de comunicación, los amigos, la educación, etc. Históricamente este tipo de personalidad se creó en la segunda mitad del Siglo XIX,cuando surgió un movimiento intelectual racista en Europa, el cual se expandió alrededor del mundo.

Uno de los máximos representantes de esta corriente es el filósofo inglés Hebert Spencer. Según su punto de vista, Europa se convirtió en la cuna de la modernización y en el núcleo de grandes descubrimientos revolucionarios en los campos de la tecnología, economía, artes, política, física, entre otros, debido a un esquema natural de los seres (blancos) más fuertes e inteligentes de la tierra.

Los hallazgos de Spencer tuvieron aceptación alrededor del mundo, principalmente en aquellas regiones donde los grupos minoritarios nacionales y étnicos empezaban a tener afluencia en sociedades dominantes por la cultura Occidental. En Europa, particularmente, en Alemania, los estudios racistas de Spencer fueron uno de los tantos elementos que motivaron al régimen de Adolfo Hitler a un proceso de linchamiento que desembocó en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Más de seis millones de judíos perecieron en campos de concentración Nazi por el simple hecho de ser considerado de “raza” inferior.

En Estados Unidos produjo un movimiento social racista que estableció la segregación institucional en el sector público y privado. Las escuelas, centros comerciales, restaurantes, buses, lugares de trabajo, fueron divididas legalmente de acuerdo al origen étnico de las personas. Es decir, una persona de color –afroamericana, latina o asiática— no tenía el derecho de hacer uso de los baños públicos asignados específicamente al grupo mayoritario euro-norteamericano. En consecuencia, en el mundo de Spencer existía una jerarquía social en base a los potenciales naturales de las personas. En la cima se ubicaban las poblaciones occidentales de Europa, mientras que en el fondo estaban los afroamericanos.