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Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Llanto de los republicanos

Por: Humberto Caspa, Ph.D., profesor e investigador de Economics On The Move Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

La muerte repentina del magistrado de la Corte Suprema de Justicia Antonin Scalia deja a los republicanos entre la “espada y la cruz”. Si sus líderes en el Senado no saben conducirse de acuerdo a convicciones democráticas, no solo estarían perdiendo la Presidencia en las elecciones de noviembre, sino curules valiosos en la Cámara Alta del Congreso. El jefe de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, dijo que “los norteamericanos deberán ser consultados en la selección del próximo magistrado. Por consiguiente, su vacío no debe ser llenado hasta que haya un nuevo presidente”.

Lo cierto es que el presidente Barack Obama ya manifestó que no es una cuestión personal nominar o no a un nuevo magistrado, sino que es una obligación constitucional. De manera que su equipo de trabajo ya está buscando a un reemplazante y, en las próximas semanas, estará presentando a su candidato al Senado para su escrutinio pertinente. Obviamente, el Presidente tiene la potestad de elegir a la persona adecuada para un servicio altamente delicado. Como la nominación es una cuestión de estrategia y de política, es muy probable que Obama esté nominando a una persona proveniente de uno de los grupos minoritarios del país o alguien con convicciones “jurídicas” moderadas.

En dado caso que si es un Latino (o una latina), especialmente “Méxicoamericano”, los senadores republicanos tendrán que nadar contra la corriente. Si originalmente dijeron que van a bloquear a cualquier candidato, con un latino las cosas pueden cambiar. Hasta hoy, los candidatos a la presidencia ya han mostrado una cara altamente repudiable frente a los intereses de la población latina. Donald Trump y Ted Cruz prometieron construir una muralla; Rubio y Busch se retractaron públicamente de cualquierreforma integral y manifestaron que están en desacuerdo con las órdenes ejecutivas del presidente Obama, las cuales benefician a muchos padres/madres indocumentados que tienen hijos de nacionalidad estadounidense.

Por eso el apoyo de los latinos hacia los candidatos republicanos es bastante bajo. Si es que la mayoría de los senadores decide poner una barrera irracional a la nominación de un magistrado a la Corte Suprema de Justicia, no solo las minorías latinas estarían votando en contra de quienes se oponen, sino también el electorado nacional moderado.Durante toda la gestión de Obama, los congresistas republicanos se caracterizaron por oponerse a muchas políticas del Presidente, especialmente a una reforma migratoria integral. El electorado nacional está cansado del obstruccionismo republicano.

Recordemos que 34 de los 100 puestos de senadores estarán en juego en la contienda electoral de este año. Debido a que un gran número de los puestos vacantes o en contención se encuentran en estados con tendencias liberales –California es uno de ellos con el puesto de Barbara Boxer—, lo previsible es que muchos candidatos demócratas salgan victoriosos.

Ahora bien, si es que el presidente Obama decide nominar a un candidato de raíces asiáticas como magistrado a la Corte Suprema de Justicia, los senadores republicanos tendrán que hacer a un lado su orgullo y su irracionalismo obstruccionista. El electorado asiático-americano es creyente del liberalismo económico, pero muchos son conservadores en cuestiones sociales. Por eso tienen más afinidad con el Partido Republicano que con el Demócrata. Sin embargo, si el senado les da la espalda en la nominación de uno de los suyos, es muy probable que una gran cantidad del electorado asiático-americano estaría votando por candidatos demócratas en las elecciones de noviembre.

No es fácil perder a un líder conservador en la Corte Suprema de Justicia. La muerte del magistrado Antonin Scalia dejó perplejos a todos los republicanos. Solo la mayoría del Senado republicano tiene la capacidad de extender o detener su llanto. Si deciden bloquear al nominado del presidente, el llanto republicano durará, por lo menos, otros cuatro años.