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Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Sierra y Tierra: Con el Agua al Cuello en Flint, Michigan

Michigan.-

Sierra

Flint ha sido especialmente impactada por esta tragedia debido a su estatus migratorio y su dificultad con la lengua inglesa.

La ciudad de Flint, Michigan, está sufriendo un pequeño infierno debido a la ineptitude y negligencia de un gobierno estatal que ha causado una tragedia humanitaria de caracteres épicos. A causa de la descabellada decisión de cambiar de una fuente de agua potable limpia a una extremadamente tóxica, cientos, quizá miles de personas, incluyendo niños, han quedado expuestos a inaceptables niveles de plomo y otros potentes contaminantes. Y la pequeña, pero muy vulnerable comunidad hispana de Flint ha sido especialmente impactada por esta tragedia debido a su estatus migratorio y su dificultad con la lengua inglesa.

En mis casi 20 años escribiendo sobre justicia medioambiental, pocas veces un tema me ha producido tanta tristeza como este. Los 100,000 habitantes de Flint, Michigan, viven con el agua al cuello. Y a los hispanos les ha tocado la peor parte.

“Lo que se ha hecho aquí es completamente vergonzoso porque ha habido una total indiferencia por el sufrimiento de esta comunidad”, dice Art Reyes, natural de Flint y activista del Centro de Democracia Popular.

En Flint, una ciudad abrumadoramente pobre y minoritaria, hemos presenciado un catastrófico colapso del deber primordial de cualquier gobierno: garantizar la seguridad de la comunidad a la que sirven. Todo empezó en abril de 2014 cuando el gerente municipal de Flint —una especie de sátrapa nombrado a dedo por el Gobernador Rick Snyder para supervisar al Concejo Municipal— aprobó empezar a usar el río Flint como la fuente de agua potable para así ahorrar unos $5 millones. Tras décadas de servir como alcantarilla de las industrias locales, el agua del río resultó ser altamente corrosiva. Las viejísimas tuberías de plomo del sistema de distribución comenzaron a erosionarse y con el tiempo el agua adquirió elevadísimos niveles de plomo, cobre y cromo. Para octubre de 2014, la planta local automotriz de GM decidió no usar más el agua de Flint porque estaba corroyendo sus componentes. Casi dos años más tarde, y gracias a la negligencia de un gobierno estatal que se negó a actuar en consecuencia, los habitantes de Flint tienen peligrosos niveles de plomo en la sangre.

“Mientras los niños estaban en las escuelas bebiendo agua contaminada con plomo, el gobierno estatal estaba más preocupado de los aspectos de relaciones públicas que de la salud pública”, indica Reyes.