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Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Otro escollo en el camino de Trump

Por: Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

¿Qué es lo que Donald Trump tiene en de la cabeza? El empresario del copete rojizo se jacta de tener abundante masa encefálica; dice tener un Coeficiente Intelectual (I.Q., en alemán y en inglés) prodigioso. Puede que su puntaje en negocios, especialmente en engañar a la gente, sea uno de los más altos de Estados Unidos; pero en materia de políticas, el tipo simplemente se aplaza con una “F”.

En qué piensa el estúpido de Trump. En las elecciones primarias del Partido Republicano simplemente insultó a diestra y siniestra a sus amigos y enemigos. No solo a los candidatos políticos, sino a gente común y corriente, como también a personas profesionales. Dijo que Megyn Kelly, conductora de televisión, era una “rubia tonta” y queestá menstruando. A Ted Cruz, lo llamó mentiroso; a Rubio: pequeño; a Jeb Bush: sin energía.

En vez de estar unificando a su partido político, en vez de presentarse más presidencial ante el electorado nacional, lo que está haciendo es profundizar sus arrebatos e insultos. Nadie se equivocó que iba a continuar su diatriba e infantilismo contra Hillary Clinton en la recta final de las elecciones presidenciales, pero muy pocos pensamos que, a estas alturas, estaría peleando con la gente de su propio partido político.

En su visita a Alburquerque, Nuevo México, en día de ayer, Trump no pudo contener su rabia contra la gobernadora Susana Martínez, la primera latina que asume el papel principal de un gobierno estatal. Martínez mostró ambivalencia en torno a la capacidad de Trump de liderar la Casa Blanca. Le criticó sus políticas anti-inmigrantes y sus planes de deportar a más de 11 millones de indocumentados eran fuera de juicio. Como Trump es como un palo de fósforo que se enciende con la mínima fricción que se le da, respondió con la misma vehemencia revanchista de un niño de cinco años.

“Tenemos que conseguir que la gobernadora se ponga las pilas; tiene que hacer un mejor trabajo… tal vez voy a tener que mudarme por aquí para competir como gobernador de Nuevo México”, manifestó ante una multitud que lo aplaudía.

Lo cierto es que, si quiere vencer las elecciones presidenciales, Trump va a tener que conseguir el apoyo de los latinos; mucho más que el porcentaje que adquirió Mitt Romney en las elecciones de 2012. Con sus comentarios, es ya seguro que va a perder las elecciones en el estado de Nuevo México y es muy probable que tengan repercusiones importantes en los estados aledaños, particularmente en Arizona, donde la gente está descontenta con su comportamiento.

Por mucho tiempo, Arizona ha sido un estado rojo, es decir dominado por los republicanos. Es de destacar, por ejemplo, que el senador y ex candidato a la presidencia John McCain ha logrado mantenerse en su puesto político gracias al respaldo de toda esa población conservadora.

Sin embargo, hoy el mismo McCain ha reconocido que Arizona puede estar en las postrimerías de convertirse en un estado azul. En este sentido, no solo está en juego su puesto político, sino también de la presidencia. De ser así, Hillary Clinton tendría una gran oportunidad de llevarse todos los “electores” de Arizona en noviembre.

En cuestiones de política, Donald Trump no entiende que las coaliciones y el respeto a las bases políticas son sumamente importantes para llegar a la Casa Blanca. Los insultos contra la gobernadora Martínez es otro escollo que él mismo planta en su camino hacia la Casa Blanca. Si mantiene este comportamiento, Hillary Clinton tendrá mejores oportunidades de vencer la contienda política.