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Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Primera mujer Presidente

Por: Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

Si las elecciones presidenciales fueran en base al voto popular o a la mayoría simple, Hillary Clinton sería la innegable ganadora. Pero como elegimos a nuestro Presidente a través de un Colegio Electoral, Donald Trump tiene una pisca de esperanza dedarnos una sorpresa desagradable en noviembre de este año. Todo el barullo del Colegio Electoral, que tantas malinterpretaciones ha causado alrededor del mundo, tiene sus inicios en el Gran Compromiso de 1787. No fue una “metida de pata” de los fundadores de la República; es decir, no fue a la falta de conocimientos o a falta de entendimiento del sistema democrático que crearon esta forma de elegir al gobernante más importante del país, sino fue un acuerdo que puso fin a los desacuerdos entre los estados grandes y estados pequeños.

En alguna forma, el sistema electoral estadounidense es un sistema electoral estatal, cuyos votantes eligen a un número de electores –el total de representantes y senadores de un estado en el Congreso—, quienes ultimadamente votan por el candidato de su preferencia. La Constitución determina que el voto de la mayoría del electorado de un estado se adjudica todos los electores de ese estado.

Por ejemplo, en California se eligen 55 electores. Si el voto popular se inclina hacia los demócratas (como se espera que suceda), todos los electores pertenecerán al Partido Demócrata. Tanto Hillary Clinton como Donald Trump necesitan el apoyo de 270 electores para convertirse en el nuevo ganador de las elecciones. Así, algunos estados que no tienen una alineación política clara (swing-states), como Ohio, Florida, Pensilvania, Colorado, Nevada, entre otros, son los más importantes del proceso electoral presidencial de Estados Unidos. Por eso, el dinero que normalmente colectan los candidatos de los dos partidos políticos los gastan preferentemente en estos estados considerados claves.

De acuerdo a las empresas encuestadoras más importantes, Hillary Clinton tiene unaclara ventaja en los swingstates. En Colorado, una encuesta conjunta del Wall- Street Journal y NBC estima que tiene una ventaja sobre Trump de 42% a 39%; mientras que la cadena Fox le otorga 10 puntos; es decir 40% a 30%. Por su parte en Ohio, según la cadena CBS, Hillary Clinton lleva una ventaja de 44% a 40% sobre Trump, aunque otra cadena importante, NBC, los tiene empatados con 39%. En Florida, estado que Trump dice ser que tiene mucho apoyo por todo el dinero que ha invertido, está detrás de la candidata demócrata con un promedio aproximado de 4 puntos. La cadena CBS le da a Hillary Clinton 44% del voto de Florida, mientras que a Trump le otorga 41%. La cadena NBC sugiere que la candidata del Partido Demócrata tiene una ventaja de 7 puntos; es decir, 44% a 37%. Mientras tanto, la encuestadora Quinnipiac muestra que Trump tiene la delantera con 3 puntos.

Por el mismo hecho de que el sistema electoral es determinado por los estados, nadie puede descontar una amarga sorpresa del representante republicano. Sin embargo, las elecciones no son irracionales. Los votantes apoyan a su candidatopreferido de acuerdo a su ideología política (los duros o las bases políticas), a las políticas económicas y sociales que presenta públicamente (los votantes moderados o swing-voters) y de acuerdo a su comportamiento ante la sociedad. Nadie duda de la existencia de una base de simpatizante que apoya a Trump a pesar de todos los comentarios insensibles que hizo en el pasado y recientemente. Empero, existe también una población electoral altamente consciente –que no son ni demócratas ni republicanos— que, llegado el momento, votan de acuerdo a los valores del candidato. Cómo Trump hizo hasta lo imposible para quedar mal con esta población electoral, lo más probable es que voten en su contra. En tal sentido, estamos a unos cuantos metros de tener a la primer mujer presidente en Estados Unidos