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Domingo, 24 de Noviembre del 2024
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La esperanza le incumbe a toda existencia

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

La esperanza

Cada día estoy más convencido de que tenemos que recuperar nuevos modos y maneras de vivir,lograr tiempo para la reflexión, ejercer el derecho a ser uno mismo, sacar enseñanzas del pasado paranuestro presente y nuestro futuro, ser perseverantes ante las situaciones adversas; y, sobre todo, activaruna energía constructiva, que tienda lazos de unión entre los pueblos y las gentes, máxime en unmomento de tanta desolación para muchos seres humanos, víctimas de la exclusión, la indiferencia, elracismo y la intolerancia. Para desgracia de la especie la discriminación racial y la violencia aumentan;las personas son atacadas por su raza, nacionalidad, etnia, religión y orientación sexual. También secierran las fronteras y la protección internacional a los refugiados está siendo socavada.

Los hechos ahíestán, los acaba de refrendar António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas: “Los migrantes sehan convertido en chivos expiatorios, la xenofobia aumenta, las mujeres y niñas de comunidadesminoritarias son discriminadas. La incitación al odio, los estereotipos y la estigmatización son cosascotidianas”.

Bajo esta bochornosa situación en la que nos encontramos, de contiendas inútiles, nosconviene recapacitar y ver la manera de transitar por otros horizontes más armónicos y conciliadores. No es de recibo que sigamos arruinando nuestra propia vida. Vivimos un momento de confusión,de incertidumbre como jamás, de deshumanización total. Lo que impera es el odio y la venganza. Se hantrastocado todos los valores humanos. A los niños no les dejamos ser niños. A los jóvenes les impedimosrealizarse. Les negamos un derecho y un deber tan esencial como un trabajo digno. A los mayores losdescartamos sin más. La inhumanidad es manifiesta. La locura todo lo asalta. Hay líderes políticos quepara sobrevivir deben sembrar cizaña. También hay sistemas económicos que para mantenerse debenhacer la guerra. De igual modo, hay intelectuales que para perdurar se venden al mejor postor.

Así, hemosconvertido este mundo, en un espacio de falsedades en el que la hipocresía nos prende todo tipo demaldades. De ahí la importancia de combatirse a sí mismo, de convencerse uno mismo, de que todosnecesitamos de todos, y que cualquier batalla no es más que un capricho de unos pocos para hacersedueños de la miseria. Debiéramos madurar más sobre lo maravilloso que se vuelve la vida, mayormente cuánto más sevive y se deja vivir. Lo importante es construir, no destruir; hacer piña, no dividir; abrirse, no cerrarse; yaque, la vida cuando se abraza de verdad, practica una innata cultura del encuentro, de caminar unidos, conánimo benéfico, sin rencor alguno, con amor. Ojalá fuésemos juntos todos, cada cual con su aportación, yno dejásemos a nadie en el camino. No olvidemos que un tercio de la población mundial vive con bajosniveles de desarrollo. Deberíamos repensar todas estas cuestiones, si en verdad queremos garantizar undesarrollo humano sostenible para todas las personas.

Por otra parte, en este caos, de nuestro diario mundo, el desprecio a la vida humana nos exigetomar partido por toda existencia, mediante un ejercicio continuo de empatía, de escucha y de manotendida. A mi juicio, urge abordar las condiciones que ayudan a propagar el terrorismo. Sería buenoreforzar la capacidad de los Estados y fortalecer mucho más aún el papel de Naciones Unidas,previniendo y combatiendo esta tremenda lacra que no valora la vida humana, garantizando el respetouniversal de los derechos humanos y del estado de derecho como pilar fundamental de la lucha contraestos sembradores del miedo, que bloquean el diálogo entre las naciones, pues su único propósito esmatar y destruir indistintamente vidas humanas y bienes, así como crear un clima de inseguridad que nosimpida coexistir. Por ello, cuanto más indefensos son los seres humanos, tanto más deben ser protegidos.