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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
| 6:06 am

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Cada día que vives es una ocasión especial

Ocasion Especial

Un amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y sacó un pequeño paquete envuelto en papel de seda que decía: “Esto no es un simple paquete, es preciosa lencería”. Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita seda y el encaje. Ella lo había comprado hace 9 años en un viaje especial que realizaron juntos. Nunca llegó a usar la lencería.

Lo estaba guardando para una “ocasión especial”.

“Bueno” –pensó– “entonces, creo que esta es la ocasión”. Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir. Y volviéndose hacia mí, me dijo: “No guardes nada para una ocasión especial: cada día que vives es una ocasión especial”. Hoy es un día especial, disfrútalo.

Y hoy en día sigo pensando en esas palabras: han cambiado mi vida. Ahora leo más y limpio menos. Ahora me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín.

Paso más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo. Quiero experiencias para disfrutar, no para sobrevivir.

Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días. Me pongo mi abrigo nuevo para ir al supermercado, si así lo decido y me da la gana.

Ya no guardo mi mejor perfume para las fiestas especiales, lo uso cada vez que me apetece hacerlo.

Las frases “algún día…” y “uno de estos días”, están desapareciendo de mi vocabulario.

No estoy seguro de lo que habría hecho la esposa de mi amigo si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos tan a la ligera. Creo que hubiera llamado a sus familiares y amigos cercanos. Quien sabe, a lo mejor, hubiera llamado a algunos antiguos amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado. Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida china, su favorita.

Son esas cosas dejadas sin hacer, las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojado porque dejé de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto “algún día”… Enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir “uno de estos días”. Enojado y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuánto los amo. Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que pudiera aportar risa y alegría a nuestras vidas.