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Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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Dependencia emocional: mundo de príncipes y princesas

Dependencia emocional“Cuando somos apenas unas niñas nos enseñan cuentos de princesas y príncipes que deben rescatarnos. Mientras a los niños los educan para reprimir sus emociones y ser en el futuro “hombres fuertes, valientes”. ¿No sería maravilloso que no hubiera princesas que salvar ni príncipes que tuvieran que reprimir sus emociones para parecer más fuertes?”

¿Qué es el amor romántico? Este tipo de amor, “amor romántico”, muy en auge en estos momentos, ha inculcado en nuestra sociedad, una serie de valores distorsionados sobre el amor. Caracterizándose por dependencia, subordinación y obediencia dentro de la relación. El amor romántico da lugar a un tipo de relaciones no explicitado dentro del grupo de los 7 tipos de relaciones de la teoría triangular de Sternberg (1988), “relaciones tóxicas”.

Este tipo de relaciones crean “adicción”, sintiéndose las personas involucradas incapaces de poner fin a las mismas. En ocasiones, por el temor al abandono o pérdida, no aceptando de ninguna manera la ruptura.

Este tipo de amor, es un tipo de amor que se da solamente en las culturas occidentales, es relativo a la cultura y por tanto, no es ni universal ni constante.

Este tipo de amor sería el amor idealizado de cada uno, con un valor ensalzado, puro, universal, eterno e irracional que supera todas las barreras y que concebimos como forma única de tener pareja estable y formar una familia.

Por estos motivos, por estas razones, este tipo de amor, o mejor dicho, la dependencia emocional en concreto, se ha convertido en un tema muy relevante para la Psicología. Desde que nacemos nos enseñan a amar, aprendemos qué es lo que esperamos de una pareja, y acompañando a estos aprendizajes, una “pizca” de dependencia emocional los transforma en apegos viciados. Esta dependencia emocional que transforma nuestros sentimientos, es una necesidad extrema y enfermiza que alguien siente hacia otra persona, a lo largo de sus relaciones de pareja.

Pero, ¿qué caracteriza a la dependencia emocional? Una de las principales características que sufren estas personas es que les horroriza la mera idea de quedarse sol@s, temen la soledad. Esto determina que la ruptura de una relación implique el inicio de una nueva rápidamente. Por tanto, las personas con dependencia emocional son incapaces de vivir y disfrutar su vida ellos mismos, necesitan vivir y disfrutar con alguien.

El tiempo necesario para depurarse tras una ruptura no lo tienen, fomentando relaciones muy desadaptativas y exponiéndose a cometer los mismos errores que conllevaron a la ruptura de la relación anterior. Además, las personas que sufren dependencia emocional necesitan un acceso constante a la persona de la cual dependen. Esto se traduce en un constante control sobre la vida del otro.

Dado que la persona con dependencia emocional tiene excesivo miedo a quedarse sola, subordina sus expectativas y planes a los de la persona de la cual depende. Su prioridad es no permanecer sola, y por ello, “debe” mantener content@ al otr@, sólo así, piensa la persona con dependencia emocional, la otra persona permanecerá a su lado.

Para la persona con dependencia emocional, la vida no tiene sentido sin la pareja, “necesitan” estar con el otro. En consecuencia, el “amor” se traduce en “necesidad”. Generalmente, todas las personas compartimos con los demás nuestros logros, pero en el caso de la dependencia emocional, la aprobación es imprescindible, necesaria, para poder otorgar a estos logros el valor que les corresponde.

En el cuadro de dependencia emocional, aparece una idealización de la pareja, negando rotundamente sus defectos y planteando un futuro con la persona recién conocida. Las personas con dependencia emocional se creen incompletas, insatisfechas. Para ell@s, los mitos como “la media naranja”, “el príncipe azul”, etc., rigen su vida amorosa.