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Domingo, 24 de Noviembre del 2024
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Me quiere robar la fe, la opresión le llevó a la rendición

PapaPero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

Ha sabido sacarle provecho a este ataque del enemigo. Le haquerido robar la fe, pero el creyente se ha rendido a Dios. Ha reconocido el peligro que corre vivir sin estar rendido. Ahora el creyente busca a Dios, ha entrado en el camino de la cruz, de la entrega. El creyente que miraba al mundo, ha cerrado esa ventana y solo mira al Señor. Entra en la dimensión donde el pensamiento persevera en Dios y se experimenta completa paz. Si los acontecimientos mundiales nos hacen creer que la venida del Señor está muy cerca, debemos estar alerta a las diferentes formas en que el enemigo vendrá a robarnos la fe.

Nuestra salvación eterna es un regalo que se consiguió en la cruz de Cristo. Ese regalo solo podemos conservarlo en nuestra cruz de cada día. El creyente reacciona a tiempo. Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. El creyente siente el malestar que pro-duce la envía y reacciona a tiempo, no sigue en ese camino equivocado si no que entra en la presencia del Señor y allí comprende Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. Reconoce su ignorancia y su error al mirar lo que no debe al comunicar parar su vida con quienes no tienen esperanza. Dejó que la envidia gobernara sus sentimientos. Saber diferenciar entre acción y actitud. Vuelve sobre sus resbaladizos pasos. Con todo, yo siempre estuve contigo. Me tomaste de la mano derecha.

(Dios me visitó) Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?

Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

El creyente hace una reflexión sobre lo que Dios ha hecho en su vida y declara que Dios es todo lo que tiene y quiere tener. La prosperidad de los impíos ya no le interesa. Se ha metido en Dios y solo Dios tiene valor para él.