No más deportaciones
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- Categoría: Reflexion
- Publicado el Sábado, 28 Junio 2014 3:06am
Por: Humberto Caspa, Ph.D., Profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Recientemente recibí una carta de una ciudadana norteamericana de raíces japonesas, Keiko Maruyama, quien me hace una solicitud de llenar dos peticiones. Una para el presidente Barack Obama y la otra para el secretario de seguridad nacional Jeh Johnson.
Su familia se encuentra en un momento muy difícil; su esposo Jaime está programado a ser deportado este fin de mes.
Inmediatamente llené las peticiones y las envié a las dos oficinas gubernamentales, esperando que, de alguna manera, sirvan para revertir la tendencia mundana del gobierno de separar familias.
Keiko y Jaime tienen un niño adorable de un año de edad, de rasgos latinos y asiáticos. Lamentablemente no podrá tener una vida “normal” si su progenitor es deportado a su tierra natal.
“[…] Jaime está programado a ser deportado en junio 30 y potencialmente puede ser prohibido a ingresar a Estados Unidos de por vida […]”, señala en la petición. El miedo de de Keiko es real. Ya no existen vías legales para el retorno de Jaime a los Estados Unidos en caso de que sea deportado.
Un recurso para impedir la deportación de personas como Jaime es a través de una fuerte presión a las autoridades del gobierno nacional y local, tal como Keiko y otras organizaciones civiles vienen realizando.
Por ejemplo, la presión al departamento de policías de Los Ángeles por parte de la comunidad angelina tuvo un resultado positivo. Existe una política dentro del LAPD de no entregar a las autoridades migratorias a personas que hayan cometido delitos menores.
Mientras en algunos distritos electorales, como en Los Ángeles, New York y en otras urbes progresistas, la movilización social en pro de una reforma migratoria integral se va consolidando, en otras distritos conservadores el sueño a la legalización se diluye.
En Virginia la reforma migratoria sufrió otro revés. Eric Cantor, líder del Partido Republicano en la Cámara de Representantes del Congreso fue derrotado por un ardiente portavoz contra la reforma migratoria.
Cantor no es precisamente un político que está a favor de los migrantes indocumentados, pero por lo menos había demostrado un tanto de comprensión. En base a sus años de experiencia en el Congreso, estaba destinado a reemplazar a John Boehner como jefe de la Cámara de Representantes cuando éste decidiera jubilarse de la vida política.
Con la derrota de Cantor, la reforma migratoria se hace mucho más difícil en el resto de la Administración Obama.
Así, la comunidad latina tiene una gran tarea de impedir que personas como Jaime sean deportados. Si podemos llenar formas de petición para evitar una deportación, debemos hacerlo. La reforma migratoria no se va a mover del impase en el que se encuentra en el Congreso si no tomamos parte del proceso político. Es necesario cambiar la fisonomía del gobierno. En las elecciones intermedias debemos apoyar a políticos –demócratas o republicanos— que están más aptos al compromiso que a la radicalización.