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Miércoles, 13 de Noviembre del 2024
| 12:06 am

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“El Señor no te deja hundir”

El senor no te dejara

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento”. Mateo 14:28-32

Este pasaje bíblico encierra tantas enseñanzas, que lo podemos ver desde varios puntos de vista y en cada uno de ellos Dios nos mostrara algo. La historia comienza con un Jesús caminando sobre el mar, sus discípulos asustados pensando que era un fantasma se turbaron dando voces de miedo.

Pero en medio de esos panoramas de temor y miedo aparece Jesús para decirnos: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (v.27).

En ese momento se levanta uno de sus discípulos, aquel que era el portavoz de los doce y a quien siempre le gustaba sobresalir de entre todos diciéndole: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, era claro que Pedro ya se había fijado que el Señor estaba sobre las aguas y por esa razón le pidió que el también quería tener esa enorme experiencia de caminar sobre las aguas, algo que humanamente y sin ningún dispositivo es imposible.

Jesús no se negó ante tal petición, pues su petición denotaba porciones de FE, El le respondió: “Ven”, como cuando de repente estamos tan asustados por las situaciones que están a nuestro alrededor y le pedimos al Señor que queremos estar cerca de El, el siempre nos responderá “VEN”, y es por el hecho de que el anhelo de nuestro Señor es que nuestra fe aumente cada día para poder creer sus promesas.

En ese instante Pedro descendió de la barca y literalmente “andaba sobre las aguas para ir a Jesús”, que hermosa experiencia, única, de esas que jamás se olvidaran, ¿Cuántos de nosotros quisiéramos caminar sobre las aguas para acercarnos a Jesús?, la verdad es que pese al final que iba a tener esta historia, te puedo asegurar que en este momento Pedro era el hombre mas feliz del mundo, esta caminando sobre las aguas, pues su fe se lo estaba permitiendo. Al igual que Pedro muchos de nosotros salimos de esa barca de pecado y comenzamos a caminar por fe hacia Jesús, esa fe que nos hizo creer de que podíamos tener una mejor vida, esa fe que nos permitió dejar aun lado toda duda y comenzar a caminar en pos del Señor.

La experiencia fue única para Pedro, eso marcaría su vida de sobremanera, también era un llamado de atención para no volver a dudar, pero te aseguro que desde ese momento Pedro no dudo mas nunca de que Jesús no lo dejaría hundirse.