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Lunes, 23 de Diciembre del 2024
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El ayudarse unos a otros es un deber

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Ayudarse unos a otros

Entre todos hemos construido tantas dictaduras que precisamos, con urgencia, construir puentesde entendimiento, puesto que está en peligro la convivencia entre culturas diversas. El ser humano se haempobrecido interiormente, cuestión que afecta sobre todo a los países considerados más ricos, y caminaa la deriva de unos intereses mundanos que desesperan a cualquiera. Tenemos que salir de esa miseria yver la manera de intensificar el diálogo como genuino hermanamiento. En esta tarea es fundamental elpapel de los líderes, de las creencias, de los activistas de la cultura, no sólo para hacernos ver más allá denuestras torpezas, sino también para construir lazos verdaderos de amistad, de modo que cada uno puedahallar en el otro a un ser dispuesto a tender una mano por su semejante.

Estoy convencido de que el primer deber humano es ayudarse unos a otros; y, de este modo,ayudándonos, injertaremos el bien en nuestras vidas. Las cosas que salen del corazón son así, no tienenexplicación, pero nos hacen felices. Obviamente, en la felicidad de los demás, hallamos nuestros propiosgozos. Para ello, tenemos que ser más compasivos. Si en verdad fuésemos más espirituales, conoceríamosmejor nuestras habitaciones interiores y tendríamos más clemencia con nuestro propio linaje. Lo decía Albert Camus: "¡Quién necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie!".

Efectivamente, hemos de retornar al amor, y, consecuentemente, por amor todo se perdona, y además todose salva.Sí para los creyentes, la cruz de Jesús es la palabra con la que el Creador ha respondido al maldel mundo; también para los que no tengan creencia alguna, la verdadera generosidad interior es un deberque obliga a querernos y a encontrar una respuesta de unidad que, al fin y al cabo, es razón desubsistencia. Necesitamos sostenernos unos a otros, resplandecer como especie, respetarnos yreconciliarnos, sabiendo que un gesto puede herir más profundamente que una espada, o puede curarmejor que cualquier medicina. No tiene sentido encerrarnos en nosotros mismos, en nuestra propiaamargura de fracasos, hemos de salir al encuentro con más amor que armas, con más comprensión queintransigencia, con más coraje que miedo. Evidentemente a la placidez se llega por la senda de la humildad y de la entrega de sí. Dejémonos que la fuerza del amor transforme nuestras vidas, y así encontraremos el camino de laconcordia.

¡Cuánta sangre derramada se produce a diario por el mundo!. Para que cesen los conflictossangrientos sólo hace falta comprometerse, cada uno consigo mismo, para que madure un renovadoespíritu de apaciguamiento. Para Gandhi, "no hay camino para la paz, la paz es el camino", y ,ciertamente, ese clima armónico comienza con algo tan fácil como verter una sonrisa, dar un abrazo, osimplemente con trenzar un lenguaje que consuele. El deber de auxilio, pues, en un mundo herido por el egoísmo que amenaza la vida humana, estan preciso como urgente. A diario nos desgarran hechos violentos que nos dejan sin palabras.

También lamisma explotación perversa de los recursos naturales nos desborda. ¡Cuánto sembrador de dolor!. Pordesgracia, este desorden, que tantas veces contradice hasta el mismo orden del universo, ha hecho de lasociedad, una manada de irresponsables, que en vez de sentirse estimulados por activar el bien de losdemás, únicamente impulsa un progreso inhumano, nada respetuoso con el derecho a la existencia y a undecoroso nivel de vida. Naturalmente, una sociedad bien ordenada y fecunda humanamente requiere de gobiernos quecultiven los valores humanos a través de las instituciones, dignificando a todo ciudadano provenga dedonde provenga.

Al respecto, Naciones Unidas apuesta por este año 2015, advirtiendo que es "unaoportunidad histórica y sin precedentes para unir a los países con las personas del planeta, para decidir yemprender nuevas vías hacia el futuro, y así mejorar la vida de las personas en todo el orbe. Estasdecisiones determinarán el curso de las medidas destinadas a erradicar la pobreza, promover laprosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático anivel mundial".

Confiemos en que así sea, desterrando de nosotros el miedo, la avaricia, la envidia, elodio y el orgullo.