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Sábado, 21 de Septiembre del 2024
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El desasosiego y la pobreza

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El desasosiego pobreza

Sin horizontes claros, el ser humano se derrumba. Más allá del desarrollo de los pueblos, muchasveces nos invade un tremendo abatimiento que nos deja, ya no solo sin verbo, también sin nervio paraeximir el corazón de tanto desasosiego. Fruto de este ambiente de incertidumbre, los mismos jóvenes, que cuentan con más información que nunca, sin embargo aparecen perdidos, totalmente distraídos, conapenas nulas referencias y pocos referentes. Por una parte buscan, a toda costa, independencia yautonomía, y por otra, como amparo, tienden a ser dependientes del momento, sin otra aspiración quesentirse bien, aunque el ambiente mercadee con ellos.

Este adoctrinamiento cultural de lo más absurdo, dela falta de sentido común y de la condición esperpénticamente infernal de la vida humana, nos está volviendo inhumanos como jamás. Y lo peor, es que las expectativas son verdaderamente frustrantes, pueslo irracional y el odio de muchos moradores es tan fuerte, que va a resultar difícil poder escapar de estetrágico devenir. Sin duda, hoy más que nunca, precisamos una renovada energía vital, sobre todo para reaccionar frente a tantos sueños truncados por un poder usurero, que hace tiempo nos ha destrozadonuestro propio pensamiento, nuestra propia razón de existir en libertad. Ojalá supiéramos abrir bien los ojos a la realidad para cambiarla.

A propósito, se me ocurre pensar en una mujer de místico entusiasmo. Ella es nuestra querida Santa del verso, Sta. Teresa de Jesús,que a pesar de haber celebrado este año el V aniversario de su nacimiento, sigue tan viva como siempre. Confiamos en que su coraje y lucha por la vida, nos valga para descubrir a cada cual, que aún entre las cenizas de este mundo, caldean las brasas de otro mundo más humano; no en vano, su plan de vida fue bien claro y contundente: “Así que, mis hijas, todas lo son de la Virgen y hermanas, procuren amarsemucho unas a otras” (Carta a las monjas de Sevilla- España, 13 de enero de 1580, 6).

Precisamente, esesta reactivación espiritual del amor auténtico, el que a mi juicio hoy tanto necesitamos, cuando menospara rejuvenecernos como especie pensante, dispuesta a abrirse a la vida, o sea a la esperanza. No podemos tirar la toalla existencial con nuestra indiferencia. Hemos de implicarnos en lo que de verdad nos realiza como ciudadanos del mundo, que no es otra cosa que la pura donación de nosotros mismos a los demás, el puro don de sentirse algo para alguien, sean cuales sean las circunstancias por las quepasemos. Nuestra vida no tiene sentido de otra manera.

Valemos por lo que nos entregamos en la construcción de un orden político, social y económico, que sirva mejor al ser humano y que ayude a la ciudadanía a desarrollar su propia dignidad. Resulta indigno que todavía se pretendan implantar sistemas o ideologías que conllevan violencia, que perturban sistemáticamente el equilibrio social con medios subversivos, cuando la paz es el bien más preciado a conquistar, que es también supremacía de la verdad y de la justicia, o sea del amorsocial, algo que nos armoniza entre las personas, las familias y las instituciones.

Es, bajo este lazo deverdadera concordia, como se puede poner fin a la pobreza y a la discriminación. A este respecto, nos alegra que Naciones Unidas haya pensado en esta construcción de futuro, sustentada por la vía deeliminar la pobreza en todas sus formas y, a la vez, sostenible en la medida del empeño que pongamos enla donación. La motivación, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), unaonomástica que ha de comprometernos a cada ciudadano, sin obviar a ninguno, cada cual eso si con susresponsabilidades, para que el planeta mejore armónicamente, tanto en prosperidad como en equidad. Nuestro objetivo, por propia humanidad, ha de concebirse como un bienestar para todos, universalizado, yno únicamente para unos pocos privilegiados, que encima son avarientos.

Si es detestable esa avaricia coleccionista por parte de los que lo tienen todo, que aún quierenmás, o esa otra avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de susconocimientos, también es indigno dejar pasar o dejar hacer, en cuanto al tráfico de individuos con alma. Al parecer la dignidad humana no está prevista en muchos de los planes actuales de globalización. Por eso, es también una buena noticia, para calmar este desasosiego mundializado, que el Consejo de Seguridad autorice la inspección y apresamiento de barcos que trafiquen migrantes.