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Sábado, 21 de Septiembre del 2024
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Oda a las semillas que son el alma de nuestra vida

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Semillas

Así como el pensamiento es la semilla de la acción, las legumbres es la poética que nos asegurala savia. De ahí, la necesidad de redescubrirnos cada nuevo amanecer, que lo importante no es la nube quenos trae el agua, sino el sol que nos atiza el alma y nos despierta los sentidos. Somos hijos de lassorpresas y nos entusiasma maravillarnos ante cualquier sensación física o mental.

A veces, pienso, que loasombroso no es el árbol que nos da sombra, sino el fruto y sus simientes, que al contacto con la tierramultiplicará la arboleda de los anhelos. ¿Qué son las quimeras sino abecedarios rescatados del tiempo?. Por eso, lector amigo, nunca desistas de una utopía que la paciencia todo lo alcanza. El secreto de lasfantasías es que son una ilusión; es más, quizás no exista nada más que una esperanza, porque hasta elmismo yo es un instante entre lo preciso y la añoranza.

“Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueñosson”, decía Calderón de la Barca. Y, ciertamente, de este modo el prodigio de la creación, naciente de unverbo, da pie a un innato entusiasmo aún más edénico: la recreación.

Precisamente, meditaba yo días pasados después de beberme horas en soledad, sobre la novedadde nacer cada año, cada día, cada momento, a este camino en el que nos ponemos tantas trampas unos aotros, obviando que somos de idéntico germen o tronco, y que no podemos seguir adelante sino vamosjuntos. Nadie puede adueñarse de nadie, porque nada somos sin los demás. En consecuencia, cuestaentender que perduren las desigualdades y el hambre, ya sea de amor o de pan.

Con respecto al ansia depan, y observando que los cultivos leguminosos como las lentejas, los frijoles, las arvejas y los garbanzos,son una fuente esencial de proteínas y aminoácidos de origen vegetal para la población de todo el mundo, así como un manantial proteico de origen vegetal para los animales, me llena de alegría saber queNaciones Unidas haya declarado este año 2016, como el Año Internacional de las Legumbres, quizás paracentrarnos la atención en la función que desempeñan estas semillas como parte de la producciónsostenible de alimentos orientada a la seguridad alimentaria y a la nutrición de toda especie; teniendo encuenta, además, que tienen la propiedad de fijar el nitrógeno, lo que evidentemente ha de contribuir aincrementar la fertilidad del suelo, suministrando efectos positivos en el medio ambiente.

Lo mismosucede con el deseo de amor, tan necesario para vivir. Quien no se siente amado no puede sentirse vivido. Y esto es muy grave, gravísimo. Es cierto, nuestra presencia es como un baúl inmenso de semillas, como un arca grandiosa deojos azules claros lleno de posibilidades, en el que todos estamos llamados a ser constructores. Y así, cuando nuestra mirada se abre a la magnificencia del cosmos, es verdad que suscita en nosotrosemociones inenarrables.

Así surgen los diversos dones, el del arte o el de la ciencia, colocado en sintoníacon la causa creativa de la lucidez, como realización de un designio de luz que está impreso en cada serhumano y que hace que nos reconozcamos como seres pensantes, subrayando repetidamente la belleza yla bondad de cada cosa, como lenguaje a cultivar y a dejarse cautivar por él.

No seamos, pues,destructores. Esto nos deshumaniza el ambiente y nos torna inmorales, hasta el punto de degradarnoscomo meros objetos de deseo o de mercado. Si en verdad queremos ser simiente, hemos de despoblarnosde estas mundanas miserias y seguir un camino de ascesis, donde alma y cuerpo cohabiten sin conflicto,de renuncia a los contaminantes que nos dejan sin sentimientos, de purificación y recuperación, paraatesorar un corazón armónico.

Convencido de que lo conciliador es más que un sentimiento, es una manera de crecer, demadurar para el reencuentro de unos y de otros, y así, poder enraizarse con lo verdaderamentetrascendente. Por tanto, cuesta entender, que la humanidad se discrimine a sí misma, se fraccione,fragmentándose en el absurdo, como es mantener una inhumana pobreza, en la que se niega a susemejante, que podíamos ser cualquiera de nosotros, los bienes esenciales para una vida digna.