1. Skip to Menu
  2. Skip to Content
  3. Skip to Footer
Sábado, 21 de Septiembre del 2024
| 7:36 pm

Síguenos en Las Americas Newspaper Facebook Las Americas Newspaper Twitter Las Americas Newspaper Google Plus

Familias atormentadas

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Familias atormentados

Hemos fallado en tantas cosas que convendría despertar, cuando menos para huir de nuestras milcontrariedades. Quizás, lo prioritario, sea poner en orden nuestra extraviada existencia. Convienedesintoxicarnos de los muchos tormentos injertados en vena. Esta afligida sociedad lo desorienta todo y lotorna discordante, contradictorio, lo que genera un clima de violencia y frustración como jamás. No meextraña que aumenten las conductas suicidas ante la destrucción de nuestro propio interior. Por otra parte, la intranquilidad nos está dejando sin fuerzas y, lo que es peor, sin esperanza para poder reconstituirnosen la quietud.

Parece que este lustro depresivo nos ha enraizado con sus amarguras, impidiéndonoslevantar cabeza, y proseguir el camino del sosiego. A partir de este reconocimiento, los líderes mundialesno sólo han de admitir la urgencia de impulsar el crecimiento financiero, también deberían estimular lasalianzas por la cual la especia humana se confraterniza desde mundos diversos, pero todos necesarios eimprescindibles para hacer familia. Esta civilización de la que todos formamos parte, relacionada tantas veces con el amor, deberíareflexionar mucho más sobre la exigencia del término, haciéndolo valer como afirmación de la persona.

Hoy en parte las familias andan entristecidas por esa falta de compromiso de vivir en la verdad, perotambién en la donación, en esa disponibilidad generosa de querer ayudar a crear un mundo de familiasunidas, que son las que pueden transformar este ambiente tan inquieto que consume de manera excesivay desordenada todos los recursos, sin contemplar que los derroches nos anulan cualquier nervio. Esurgente, entonces, propiciar otras sendas más humanas, por encima de los mercados y países. A veces dala impresión que solo existimos como maquinaria productiva y consumista, o bien como un objetomanipulable por el poder, olvidándonos que somos ciudadanos en diálogo permanente y que laconvivencia va más allá de este engranaje frío que nos dilapida, hasta nuestro taxativo tiempo, para queno podamos ni pensar. También nuestro particular espacio, para que tampoco podamos sentirnos libres.

Por ello, debemos comprometernos a construir un medio social que aliente y sostenga una visiónrespetuosa con el ser humano; y la de éste, con su hábitat. Desde luego, me parece que no hay mayortormento que no poder ser dueño de uno mismo, y permanecer solos en un mundo de desconsuelos,donde el terrorismo extremo y el fanatismo nos dejan sin aliento. Tal vez más que nunca hace falta quemillones de familias atormentadas que viven en conflicto, con miserias crónicas y un miedo perenne, lesmostremos nuestra compañía, la fraternidad que esperan y merecen.

A propósito, el Secretario General dela ONU, acaba de subrayar la necesidad de que se restablezca la confianza en el orden mundial y en lacapacidad de las instituciones regionales y nacionales para afrontar los retos más acuciantes que lasnaciones del planeta tienen en la actualidad. Por consiguiente, es un signo esperanzador, que para lograreste objetivo humanitario, Ban Ki-moon, haya convocado la primera Cumbre Mundial Humanitaria parael 23 y 24 de mayo próximos en Estambul, Turquía, y al hacerlo, recapacitemos sobre esta tormentosarealidad.

Indudablemente, no podemos vivir tranquilos si los líderes son incapaces de asumir sus encargosen prevenir y poner fin a los conflictos, pues los Estados deben cumplir con su obligación de respetar lasnormas establecidas por el derecho internacional humanitario. A mi juicio, la fraternización del mundo esuna responsabilidad compartida, a la que todos estamos llamados, teniendo en cuenta que al crecer losmales es conveniente que también crezca la compasión de la ciudadanía. Gran importancia tiene elquehacer de esa multitud silenciosa que enhebra la paz cada día, que luchan para garantizar la seguridad,el respeto de la dignidad humana y la defensa de los derechos humanos en los países atormentados portodo tipo de conflictos y tensiones.