Unos moradores más responsables
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- Categoría: Reflexion
- Publicado el Domingo, 21 Agosto 2016 10:10pm
Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Si importante es hallar nuevas fuentes de crecimiento y aprovechar las oportunidades que ofrecela innovación a nivel mundial, aún más transcendente es propiciar en toda la especie humana ese cambiode actitudes aperturistas y dialogantes, que es lo que verdaderamente hará florecer una sociedad delconocimiento, con lo que esto supone de modos de vida y de trabajo, de maneras y formas de gobernar, deinformarnos y de aprender, de vincularnos socialmente de modo que la desigualdad se achique y lalibertad se acreciente en todo.
Indudablemente, es hora de despertar más allá de este espíritu tecnológicopara compartir los avances, y no únicamente los retrocesos como hasta ahora se ha hecho, pues elintercambio de vivencias es lo que nos hace más humanos, más distintivos, más pensantes en suma. Para ello, tenemos que ser unos moradores responsables, cada cual en la misión que le ha sidoencomendada. Junto a este progreso intelectual ha de germinar otro moral, que es lo que nos distinguecomo ciudadanos de bien, como hombres de humanidad.
Realmente, son muchos los pueblos, lasnaciones que no avanzan, precisamente, por esa falta de miseria espiritual entre sus gentes. De ahí laimportancia de centrarse en activar una educación en valores, pues más allá de competir con éxito en unmundo globalizado en rápida transformación, se requiere que los agentes con raciocinio, pero tambiéncon alma, sean sobre todo personas solidarias, despojadas de todo egoísmo y centradas en la gratuidad delo que han recibido. Sin esa generosidad, en favor de los más pobres entre los pobres, es complicado queperdure porvenir alguno.
Por tanto, los líderes de todo el mundo están llamados a entenderse, con la mano tendida siemprey el corazón abierto a la escucha. Gobernar no es únicamente poner orden, es sobre todo amar, servir, entregarse al pueblo. Por eso, los gobernantes no pueden ser altaneros, prepotentes, sino humildes, en disposición siempre de asistir, en todo momento y lugar, a sus gobernados. Al fin y al cabo, todosnecesitamos ganar el pan con dignidad. Mientras cohabite un mundo corrompido, por una parte losfavorecidos y por otra los rechazados, es que aún no hemos acabado con la dolencia de la adhesión a lasinjusticias, a los sobornos, a los cohechos. Nos merecemos, desde luego, menos endiosamiento y másasistencia, de los unos para con los otros. Por esta irresponsabilidad, cada día, la humanidad se acrecientade mártires; fruto de autoridades débiles, corruptas, o de desgobiernos.
Ciertamente, todos tenemos una identidad propia, pero el proceso constructor responsable ha decaminar hacia el bien colectivo. El futuro nos exige rehacer visiones humanistas para renacer otro espíritumás responsable socialmente. Todavía no hemos podido parar los gritos de los que piden justicia. Estámuy bien la cooperación entre culturas, pero si es desinteresada mejor aún, porque el mejor desarrollo esaquel que germina de una conciencia responsable profundamente social y fraterna.
Nos alegra, enconsecuencia, que este año el tema del Índice Mundial de Innovación lleve implícito el “que todosganen”; y así es, cooperando indivisos es como se construye un mundo más avanzado; que, por otra parte,no será tan adelantado, en la medida en que deshumanice y no humanice, en que pervierta y no pongaecuanimidad en sus acciones. No olvidemos que la única manera de que una civilización evolucione, es a través de laparticipación de experiencias, del encuentro, pues todos los seres humanos por insignificantes que nosparezcan tienen algo bueno que aportar, y, en esa misma línea de disponibilidad y sin prejuicios, tambiénpodemos recoger algo interesante.
De ese intercambio de ideas es cómo nacen verdaderamente lasgrandes genialidades. Lo que se requiere, una actitud responsable, a la hora de donar y recibir. Por aquíva el camino fecundo; las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a conseguir el objetivo. Claro que sí. Delo contrario, si continuamos con la ineptitud de no cooperar, todos perdemos ¡Perdemos todos! Inclusivelos que hubiesen ganado algo, también lo perderán.