Perlas Espirituales “Aceptación”
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- Categoría: Vida y Estilo
- Publicado el Martes, 12 Marzo 2013 11:06pm
Saint Rajinder
Singh Ji Maharaj
En nuestra vida diaria nos enfrentamos a muchas dificultades, penurias y desilusiones. Las cosas no siempre suceden como queremos. Si escuchamos las conversaciones de otros y revisamos nuestras propias palabras y pensamientos, encontramos que muchas de ellas están relacionadas con quejas acerca de cómo nos está tratando la vida. La vida parece ser amarga a veces, y a su vez nos amarga.
¿Hemos pensado alguna vez tan siquiera por un momento, desde una perspectiva diferente? Pensemos en cuan afortunados somos realmente. Hemos sido creados como los reyes de la creación en la tierra. ¿Cuantos de nosotros le hemos agradecido a Dios por lo que la vida nos ha dado? Nos quejamos con Dios cuando las cosas salen mal, pero ¿qué hay de los cientos de cosas que hemos recibido de El? El nos ha proporcionado todo lo que necesitamos para este viaje que es la vida. Tenemos suficiente alimento para mantener nuestro cuerpo vivo y saludable todo el tiempo. Nos ha procurado vivienda y abrigo para protegernos de las inclemencias del tiempo. La mayoría de nosotros tenemos familias que nos aman. Hemos recibido alguna clase de educación y algún tipo de trabajo.
Si tomamos todo lo que nos llega como un regalo de Dios, entonces podemos aceptar lo bueno y los sufrimientos por igual, bajo la voluntad de Dios. Al respecto, hay una historia sobre el rey Mahmud de Ghazni. Un día, mientras estaba sentado con Ayaz su siervo más fiel, le compartió la mitad de su fruta. Cuando Ayaz terminó, el rey entonces le dio un mordisco a su mitad. “¡Wakala!”, gritó, mientras hacía una mueca de asco, y escupió la fruta. “¡Esto está muy amargo! ¿Cómo puedes haberte comido tu pedazo si este sabía como un veneno amargo? Ayaz respondió: “Mi querido rey, he disfrutado de tantos favores y bendiciones suyos durante todos estos años que ¡todo lo que me des me sabe a dulce!”.
La actitud de Ayaz demuestra el estado de ánimo de un verdadero amante de Dios. Ayaz había recibido tantas bendiciones de parte del rey, que sintió que no era quien para quejarse si uno de estos regalos era amargo. Después de todo si el rey le había dado tantas cosas buenas, él debía amarlo y aceptar todo lo que le daba con amor y gratitud. Si pudiéramos aceptar los días de lluvia con la misma gratitud que los días de sol, encontraríamos nuestras vidas plenas de amor, paz y felicidad.
Si pudiéramos apreciar las malas hierbas, así como las rosas, enriqueceríamos nuestras vidas cotidianas. Si pudiéramos apreciar a nuestros enemigos, así como a nuestros amigos, no malgastaríamos nuestras respiraciones preciosas con quejas y amarguras. Si pudiéramos aceptar los días en que estamos enfermos y con mal tiempo, así como aquellos en los que estamos bien y saludables, reduciríamos nuestro estrés y preocupaciones, y quizás incluso nos sanaríamos más rápidamente.
La vida es preciosa. ¿Queremos vivir nuestra vida al máximo? El dolor y los engaños no van a desaparecer por quejarnos de ellos. Debemos pasar por esos tiempos. Tratemos de hacerlo en un estado de aceptación tranquila, y ahorremos la energía que normalmente usamos para quejarnos. En cambio, podemos pensar en Dios con amor y gratitud. De esta manera, encontraremos que los tiempos de tribulación pasaran con más facilidad.
Al igual que Ayaz, tomemos todo lo que nos llega de Dios como algo dulce. Entonces, endulzaremos nuestra vida entera y la de aquellos que nos rodean.
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